La metáfora política

La metáfora de la “carajita del barrio” y el “jíbaro”, es muy buena y ha sido usada para explicar esta novela que estamos viviendo. También nuestro problema es que tenemos “un pueblo como este, pobre, sin educación y pocas virtudes ciudadanas”. Pero a lo que me refiero es que un líder o grupo dirigente inteligente, capaz, y experimentado, debería ver estas características, conocerlas, manejarlas, y dominarlas para decidir cuál es la estrategia a seguir.
Lo que no me parece, es más, lo que no admito, es que los sorprenda siempre alguna cosa obvia, que los agarre siempre algún detalle grosero que “se les escapó”. Yo se que al cazador más experimentado se le escapa la liebre, pero es que a estos tipos se les han ido todas ¿o las han dejado ir? Atención, no estoy escribiendo que se les escurrió un mínimo e imperceptible detalle, sino que el que se les escapa siempre es grosero, grandote, ¡evidente! Bueno, dejemos a esos tipos, ya fue suficiente crítica.
Vuelvo a la metáfora. Si el “pueblo “ es “una carajita estúpida, ignorante, poco virtuosa”, se que no podemos ponernos a educarla – o educarlo – en este momento. Pero definitivamente se puede lograr llevarla a donde debe ir. A eso me refiero con la estrategia.
Si nos basamos en los resultados “oficiales”, pues nuestro grupo es grande, bastante grande, aunque no sea mayoría, y es una fuerza importante, tanto científica, académica, económica, moral, como por supuesto, cuantitativa, pero con un grave handicap: los individuos que la conforman han aceptado como ciertas, las calificaciones negativas que se han hecho de ella; peor aún, los mismos individuos han participado activamente en esa evaluación negativa, fomentando esa creencia no por 8 años, como la carajita, sino por 15 o 20 años. Lo que primero habría que hacer es convencernos de nuestro verdadero valor, empezando por convencer a los líderes, a los dirigentes, a los bolsas que emiten opinión pública, de que eso es cierto, que durante 50 años no se ha perdido el tiempo, que se hicieron cosas importantes y ponerlas en evidencia, como es evidencia de eso la capacidad intelectual y manual de un poco de gente en este país. No estoy diciendo que éramos un país desarrollado y nos fuimos por el desfiladero, pero algo había antes de esta debacle en que estamos desbarrancándonos.