Añoranza, cuando hay tema

Me han reclamado que soy impertinente porque expreso una especie de añoranza. Nací y me crié en Venezuela, como hubiera podido hacerlo en cualquier otro país. Migramos hace 12 años, pero cada vez que invitamos a alguien alguna de las comidas típicas venezolanas, explicamos un poco del significado, las características y las costumbres que rodean el plato.

Evidentemente no le contamos la historia ni las circunstancias a quien ya las ha oído. Creo sin embargo, que es un tema interesante, especialmente en el caso de las arepas, que son tan versátiles, tan variadas tanto en preparación como en las muchísimas ocasiones en las que te las puedes comer.

Es una comida muchísimo más completa, compleja y variada que, por ejemplo, los tacos o las fajitas. Sin embargo estos últimos platos son infinitamente más conocidos en el mundo. La arepa tiene, no obstante, en analogía con otros productos, muchas más aplicaciones, momentos y variaciones.

La arepa sirve para desayunar, cenar, acompañar otras comidas a modo de pan, rebañar, o como comida rápida.

Es una cosa que creo digna de contarse, porque es difícil conseguir un plato preparado con tantas aristas gastronómicas; con tantas opciones.

Es difícil encontrar en cualquier otra cultura un preparado con tanto predicamento. Ni el Shawarma, ni el falafel, ni los tacos, ni las hamburguesas.

Hasta puedes preparar una arepa en forma de hamburguesa. Puedes comer una arepa sola, solo con mantequilla, como acompañamiento de una sopa, de los huevos fritos, rellena de lo que sea: atún, jamón, queso, carne, pollo, camarones ¡huevos de codorniz!

Te puedes comer una arepa al desayuno o en la cena, como cena o como complemento, o al salir de una fiesta, a las 3 o 4 de la madrugada, cuando acecha el hambre después de una salida nocturna frenética.

En cada región de Venezuela hay una forma de preparar las arepas, y hay tal variación que algunas llegan a conformar una nueva especie. Son las llamadas arepas andinas de trigo.

No es añoranza, aunque sí es cierto que hace falta tener esa opción, la de las arepas, cualquier noche. Es ponderar una maravilla de plato que no ha alcanzado el reconocimiento internacional, sabiendo que es superior a, digamos, la comida mejicana o árabe. De esto me he dado cuenta solo al salir de Venezuela. Es lo que tiene.

Finalmente es cosa de cultura general, como decíamos antes. Temas de conversación que enriquecen y entretienen.

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