La evolución de los medios tradicionales a la web 2.0 para evitar quedar al margen

Varios diarios de diversos países han entrado en el juego de la web 2.0 con el fin de evitar ser dejados de lado por sus lectores y mantener la lealtad de los mismos ante la proliferación de medios sociales de comunicación en la web. Estos están captando cada vez más lectores internautas constituyendo una gran competencia para las versiones escritas y electrónicas de los grandes medios tales como The New York Times, The Times, The Independent, etc. Esta tendencia incluye también a periódicos de ámbito general así como temáticos o especializados. En español hay ejemplos claros de periódicos como El Nacional de Venezuela, EL Pais y El Mundo, así como también La Vanguardia.

Jústamente en la edición digital de La Vanguardia, periódico editado en Barcelona, España, de gran presencia web, con múltiples servicios que van más allá del simple recuento de noticias y que incluye inserción de videos y material multimedia en general, se publicó hoy un artículo acerca de el salto que ha dado The Independent en su «tiraje» online una vez que desarrolló y puso en marcha aplicaciones relacionadas con las redes sociales, que han permitido mayor interactividad de los lectores.

Parece ser que es esa interactividad el hecho significativo, diferencial y resaltante que ha permitido al diario aumentar en una cantidad relevante el número de visitas a su web. Ha habido un aumento notable en el llamado tráfico hacia su sitio web,especialmente desde Facebook y Twitter, las dos principales redes sociales, debido, según el responsable de la edición online del diario, a que hace algún tiempo crearon aplicaciones en esas redes que permiten a los lectores-internautas decidir si un artículo «les gusta» (el famoso «botón» de Facebook incluido en sus contenidos), qué les gusta, y compartir esos contenidos con sus amigos en Facebook. Igualmente los comentarios a las noticias dejan de ser anónimos y pueden hacerse con el perfil de Facebook del usuario.

Varios medios de comunicación han decidido llevar a cabo esta transformación y ofrecer este servicio, lo que permite una especie de mutualidad entre el usuario y el medio, aumentando la exposición del periódico, la radio o la TV, y permitiendo al usuario ofrecer una imagen de sí mismo basada en lo que lee, lo que ve y lo que comparte. Este es un punto poco tratado por los analistas de este fenómeno, pero es evidente que ejerce gran impacto en la toma de decisiones sobre hacia donde, cuando y cómo se navega, o sea, las costumbres del internauta como usuario.

La tendencia a instituir este tipo de desarrollo comunicacional podría poner en peligro la creatividad y la evolución de la oferta de producción artístico-mediática-intelectual, o peor, deformarla o influirla, en una especie de selección natural donde sobreviviría el más apto pero no necesariamente el mejor en términos creativos.