Así como en Estados Unidos existe preocupación por el deterioro del sistema de atención primaria, en el resto del mundo occidental no es menor esta preocupación. Es casi una perogrullada que el secreto de la buena atención de los pacientes es el tiempo que les dedicamos. En un post reciente el Dr. Rick Donahue comenta acerca de este problema en los Estados Unidos. En general es sumamente difícil conseguir una cita con el médico, y dependiendo del pais y del sistema de salud, público o privado, esto se convierte en un verdadeo castigo. Cuando se consigue la cita, el tiempo con el que cuentas como paciente para ser atendido, con todo lo que ello conlleva, y que es conversar, preguntar, contestar preguntas, por supuesto ser oído, examinado y aconsejado, es limitado.
Muchos médicos de atención primaria afirman que quisieran conocer a su paciente, poner todos los datos juntos y construir un cuadro clínico completo, pero en las condiciones actuales parece imposible. Simplemente el sistema no lo permite.
Es cuestión de tiempo. Los gestores del servicio sanitario miden la atención en tiempo, es verdad, pero también en rendimiento basado en parámetros de tipo médico/día, médico/hora, pacientes/hora. Sin embargo, parecen no tomar en cuenta cosas como calidad, personalización, condiciones particulares de los casos, de las personas. Un paciente es muy complejo y no solamente una combinación de órganos.
Es una verdad machacada hasta el cansancio que en la consulta de atención primaria debería resolverse el 80% de los problemas médicos. Es evidente que en las condiciones actuales de trabajo de los médicos esto no pasa.
No puede atribuirse la falta de resolución a incapacidad o desidia. Al menos no totalmente. El sistema permanentemente obliga a los médicos de primaria a «aprovechar» el tiempo, lo que se traduce en aligerar la consulta y atiborrarla de pacientes, o haciendo que los médicos hagan actividades adicionales a la medicina, como llenar formularios, tramites administrativos, etc. Es un asunto simple que implica la imposibilidad de obtener una historia detallada, ignorando datos capitales para el diagnóstico.
Esto lleva a los médicos de primaria a referir casos que habitualmente podrían resolver, a centros especializados cargando a estos últimos a su vez, e impidiendo que los médicos de estos centros, especialistas calificados, dediquen su destreza a resolver casos complicados y usen su tiempo en la resolución de casos comunes. Esto se traduce en pérdida de habilidades y destrezas para ambos, el médico de primaria y el médico de centro especializado o de referencia, y dinero si lo ponemos en términos económico-administrativos, tanto para el sistema como para el usuario.