Grabar la consulta ¿Sí o no?

El Dr. Jordi Valera en su blog Avenços en Gestió Clínica comentó en la entrada citada la posibilidad, y el hecho, de la grabación de consulta médica por parte del paciente.

En Reino Unido la grabación de las visitas o consultas médicas por parte de los pacientes es legal, aunque no haya consentimiento o permiso del médico. The British Medical Journal hizo un Head to Head acerca del tema, entre Glyn Elwyn y Laurence Buckman. Elwyn es profesor en Darmouth Institute for Health Policy and Clinical Practice, en Hanover, New Hampshire, USA, y Buckman es un general practitioner en Temple Fortune Health Center, en London, UK.

Es un tema, sin duda, controversial. Los recursos técnicos (información y comunicación) son cada vez más ubicuos. Hay más propensión y accesibilidad. La memoria es traicionera. Sabemos que ésta está influenciada por diversos factores.

Los argumentos tanto de Elwyn como de Buckman son, a mi parecer, poco consistentes. En el caso del primero, el aporte de valor y la mejora de la calidad son más deseos suyos que afirmaciones comprobadas – aunque entiendo que esto es una síntesis; no sé si se explaya y aporta pruebas. Estoy de acuerdo con él, sin embargo, en que la grabación sería útil como prueba en un litigio (desde una reclamación hasta un juicio), e incluso como refuerzo de las indicaciones. También facilitaría la evaluación.

La primera afirmación del Dr. Buckman no es más robusta. En cambio estoy de acuerdo en que podría haber una difusión inapropiada, un uso incorrecto del registro, que ahora está en manos de una persona poco versada en su custodia. Los archivos digitales son manipulables y susceptibles de modificación.

La grabación, que en principio debería ser avisada y autorizada mientras el condicionamiento legal no diga otra cosa, en el ámbito de la consulta – en una interacción -, introduce varios sesgos insoslayables. Es ilusorio pretender que la cohibición o la reelaboración del discurso no existirán, tanto del médico como del paciente. Sin embargo es parte de la evolución que estamos experimentando como sociedad tecnológica.

La relación médico-paciente no solo tiene lugar durante la visita. Se extiende más allá, basada en la confianza, el respeto, la humanidad, entre otros valores. El médico debe asegurarse de que lo que recomiende sea entendido por el paciente. Los médicos – debería ser una perogrullada – tienen que respetar la relación, aún en ausencia del paciente, incluso al escribir los cursos clínicos, al hacer las indicaciones y recomendaciones, etc. En resumen, ser profesionales. Por esa razón no tendría que haber recelo o aversión a que se grabe la conversación.

EL paciente, por su lado, puede usar todos los recursos en los que se apoye para tener la mejor información y entenderla.

Eso sí, la relación entre usuario y proveedor no es la del enjuiciador (usuario) y el procesado (proveedor). No hay un proceso legal constante de por medio. No tengo que sentirme evaluado todo el tiempo, ni los pacientes nos tienen que considerar potenciales o permanentes transgresores.


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