Una paciente de más de 70 años, pero menos de 80, asiste por segunda vez a la consulta de cardiología de un hospital universitario para control, luego de que fuera derivada por una sospecha de bloqueo AV que fue descartado..La paciente es hipertensa en tratamiento con un ARA II en combinación con hidroclorotiazida y un calcioantagonista dihidropiridínico. Es bastante ansiosa y es visible la angustia que le produce la visita al cardiólogo quien así lo hace constar en sus notas.
Por lo demás está totalmente asintomática y la única alteración en la evaluación física es una tensión sistólica de 208 mmHg con una diastólica de 80 mmHg, de lo cual también hay constancia.
¿Cuál es la conducta del Cardiólogo? ¿Cuál debería ser?
Constantemente saltan las alarmas en la consulta de atención primaria, ambulatorios, medicaturas, «primera asistencia» o «puertas» cuando aparece una tensión sistólica elevada (por encima de 160 mmHg, ese suele ser el dintel), así como ante una tensión diastólica de más de 100 mmHg. No importan el estado clínico del paciente, los síntomas existentes o no, o la ausente repercusión en órgano blanco.
Miles, millones de personas andan por la calle, haciendo su vida con tensiones arteriales persistentemente elevadas sin que ésta elevación se manifieste de alguna manera. Otra cosa es la repercusión fisiopatológica de la misma, pero ese no es el tema de esta entrada.
A pesar de la constante insistencia en todas las publicaciones, guías de consenso, revistas, textos, conferencias, clases, y cualquier medio de divulgación o enseñanza, se sigue saltando como un conejillo de laboratorio ante la luz roja de la cifra tensional elevada, en un acto absolutamente reflejo sin ninguna base en evidencia.
Es fundamental la diferenciación entre la urgencia hipertensiva y la emergencia hipertensiva, o entre la elevación puntual o constante de la tensión arterial que requiere modificación, posible introducción o ajuste de tratamiento y el cuadro clínico acompañado de o provocado por la elevación de las cifras tensionales. Eso lo tiene que saber un médico de atención primaria, de cabecera, de ambulatorio, así como un especialista en cardiología. Años y años de asegurar que no, que esa tensión alta encontrada fortuitamente, casualmente en la consulta o en la farmacia, no va a matar al individuo, y aún persiste la conducta de algunos médicos a los que parece que hay que «bajarles la tensión» más que al paciente que están enviando a Urgencias.
Si no es necesario no corras
La cifra tensional elevada aislada clínicamente no es indicación absoluta de derivación a Urgencias o Emergencias
No es necesario normalizar toda tensión arterial alta de inmediato. Es más, una aproximación y manejo gradual es deseable y puede llevarse a cabo a partir de la consulta.