La prestación de salud en la situación de las infecciones crónicas

En el número del 19 de diciembre de 2013 de NEJM, William Farmer del Department of Global Health and Social Medicine, Harvard Medical School, and the Division of Global Health Equity, Brigham and Women’s Hospital, de Boston, Massachusetts, USA, publica su 123rd Shattuck Lecture at the Annual Meeting of the Massachusetts Medical Society, Boston, May 10, 2013. (Paul E. Farmer, M.D., Ph.D. N Engl J Med 2013; 369:2424-2436)
Prácticamente comienza su discurso estableciendo dos posiciones lapidarias por su peso como reconocimiento de la falta de éxito de la medicina como disciplina de alcance mundial: «Comparado con los descubrimientos de la ciencia y los estudios aleatorizados, el paradigma biomédico del siglo 20 vio la prestación de atención como científicamente poco interesante — demasiado complicada para un escrutinio serio, igual que los métodos observacionales y cualitativos para dilucidarla. No obstante, comprender cómo y por qué ocurre o no la prestación de la atención sanitaria y cómo mejorarla puede representar en este momento la tarea más importante de la medicina.  
Simultáneamente, la progresión de la esperanza de vida y el rápido cambio social han llevado a una creciente carga de enfermedades crónicas para las cuales tenemos terapias efectivas pero medios inadecuados para entregarlas de manera eficiente a las personas más necesitadas — la llamada brecha del saber hacerbrecha de la prestación.«

No obstante la constante insistencia durante décadas en inculcar en los profesionales de la medicina la importancia de la prevención y el énfasis que deberíamos otorgar a una atención de calidad, es desesperanzador que nos golpeen justo conque existe ineficiencia para prestar esa atención. 
No solamente es un problema en términos de cantidad. Es más importante aún la creciente falta de  capacidad para controlar, por ejemplo, la reaparición de enfermedades infecciosas crónicas, endémicas y previamente controladas. 
Sin embargo el trabajo de campo en algunas zonas del mundo donde la brecha es grande permite arrojar alguna luz sobre este asunto y deja algún lugar a la esperanza de que ese abismó entre los recursos y las necesidades se cierre. 
Recomiendo la lectura del artículo citado. 


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