Las ausencias o crisis de ausencia, son tipos de disritmia cerebral paroxística. Para aclarar, el cerebro o la corteza cerebral, que es su parte pensante, donde se integran los impulsos provenientes de las terminaciones sensitivas y perceptivas y se establecen las respuestas motoras, tiene una actividad eléctrica bien determinada, rítmica, que se altera de manera normal con los estímulos internos y externos, la vigilia y el sueño, etc. Cuando este ritmo se altera de manera anormal en alguna de las áreas de esa corteza cerebral, y empiezan a ocurrir descargas sin sincronía, las mismas pueden ser transmitidas a través de los axones a la estructura corporal gobernada por esas neuronas alteradas eléctricamente. Entonces se produce un movimiento o movimientos arrítmicos determinados por contracciones musculares consecutivas, que pueden incluir un miembro o extremidad, varios segmentos corporales, las facciones, o todo el cuerpo, si la descarga eléctrica cortical que ocurre en un sector se disemina al resto de la corteza. Estas son las convulsiones.
Como mencioné, las descargas de este tipo pueden ocurrir en cualquier sector e involucrar áreas relacionadas con la percepción o sensación o comprensión, más que con la motricidad, y entonces tendremos alteraciones en el gusto o el olfato, que hacen consciente la percepción de un olor que en realidad no existe en ese momento, o de un sabor, o un sonido.
Las llamadas ausencias forman parte de este síndrome y se caracterizan por el desarrollo de conductas complejas que ocurren de manera paroxística, es decir súbita y no permanente, como un ataque, pero durante las cuales no hay convulsiones, es decir, manifestaciones motoras anormales sino el desarrollo incluso durante horas o días, de actividades tales como viajes, traslados, tareas hechas con destreza, y de las cuales hay total amnesia.
El individuo afectado por este tipo de episodios no tiene recuerdos del período durante el cual ocurrió, ni de las actividades realizadas, llegando a estar sorprendido al encontrarse cuando cesa la crisis, en sitios totalmente ajenos a su ambiente habitual. Puede negar, y de hecho niega totalmente, ser el responsable de cualquier acto llevado a cabo durante la crisis de ausencia, que así se llama este episodio.