La evolución de Venezuela 

Venezuela ha perdido ante Argentina por 4 goles a 1 en cuartos de final de la Copa América Centenario 2016. Aunque parezca absurdo y contradictorio, no fue una mala presentación en el torneo jugado en USA.

Me atrevo, sin ninguna reserva, a afirmar que esta es la mejor selección de Venezuela en mucho tiempo. La mejor vinotinto tanto por jugadores como por su disposición y propuesta colectiva. Es verdad que aún se cometen inocentadas, ingenuidades o simples errores. Pero qué selección no los comete. Ahí está México recogiendo un saco de 7 goles de la menospreciada roja chilena. 

En ningún momento de la historia Venezuela ha tenido tantos componentes en ligas de primer nivel, en ligas de otros países, compareciendo como titulares y realmente bien cotizados, en lo deportivo y en lo económico. Venezuela nunca había hecho una primera ronda como la que hizo en esta copa. Ni siquiera en su propia Copa del 2007.

El partido ante Argentina fue insultante y desagradable, decepcionante. Porque esperábamos más. Eso es importante, espeerábamos más, no por simple afición y apoyo ciego patriótico, sino porque todos vimos que era posible un resultado positivo.

Fue un encuentro justo y justo. Quiero decir: justo en primer lugar porque Argentina aprovechó los errores y fue superior. Tiene a Messi y aún se cometen infantiladas. 

También fue justo porque la superioridad de Argentina no fue tanta. Las cosas hubieran sido diferentes, quizás, si se hubiera coronado la presión del final del primer tiempo con el gol que tocaba a través del penal (maldito panenka). Irse al descanso sin ese gol, y con la vergüenza del cobro a las manos, con el que quedas como un tonto, fue desmoralizante. 

Creo que Dudamel merece un reconocimiento. En muy poco tiempo ha sabido transmitirle personalidad al equipo. La vinotinto afrontará lo que queda de eliminatorias mundialistas con pocas posibilidades, pero con otra cara y otros resultados. 

Lo mejor y lo peor de Venezuela ante Jamaica

La selección de Venezuela le ha ganado a la de Jamaica en Chicago en su primer partido de la Copa América Centenario. Además de la gran satisfacción que produce el propio resultado, este sirve para reflexionar.

Confieso que tenía mi temor, por lo demás bien fundado, acerca de este encuentro. Con los jamaiquinos las cosas no han ido bien en los enfrentamientos anteriores. Bueno, esa es una afirmación que se puede decir de Venezuela contra cualquier selección del mundo. Lo que pasa es que las expectativas ante equipos de la CONCACAF siempre son mayores. Se considera a esta una confederación débil. Como Venezuela juega en la CONMEBOL, se supone que debería estar al menos un escalón por encima de las selecciones del Caribe.

La realidad siempre nos lanzado contra el muro del fracaso. Partidos correosos, en los que se desnudan las falencias de conjunto y de juego siempre insuficiente.

https://youtu.be/NkCqjSRTxAo

Con esporádicos triunfos, Venezuela por lo general termina claudicando ante rivales presumiblemente menores.

Hay cosas, sin embargo, que es necesario reconocer. No pude ver los partidos amistosos de preparación desde que Dudamel es técnico vinotinto. El partido ante Jamaica mostró cosas interesantes que nunca había visto, o hace tiempo no veía en el planteamiento y estrategia.

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Creo que esta es la mejor generación de futbolistas que ha tenido Venezuela en su historia. Supera con excepciones a la de Arango o Rey. El recorrido internacional que tienen los jugadores actuales no lo tuvieron, por distintas circunstancias, los de procesos anteriores. Es balsámico oír a los comentaristas españoles hablando con conocimiento, y además bien, de varios – ¡Sí, he dicho varios! – de los jugadores vinotinto.

Es verdad que era Jamaica, y que sus jugadores acostumbrados a arbitrajes permisivos de Premier MSL, pero también hábiles, son fuertes y llenan espacios. No obstante Venezuela durante largos períodos manejó los tiempos, puso pausa, controló el balón y el juego, y llegó sin trastabillar ni jugadas fortuitas.

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Mereció la pena ver que había trabajo en los saques de esquina y los tiros libres. Más valió la pena ver que las jugadas funcionaban. Siento que no terminaran en gol, pero vi un planteamiento mucho más serio y resolutivo en esta selección.

Lo más sorprendente fueron varios pasajes en los que había más de 10 pases a uno o dos toques, con los jugadores siempre bien colocados y desmarcando para ofrecer opciones. Eso sí es nuevo en la selección de Venezuela.

También lo es evitar la desesperación y manejar el resultado, como lo hicieron. Claro que contra Jamaica, tal como se puso el partido, correspondía más aprovechar la ventaja numérica y dejar el partido, así como el grupo casi resuelto.

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Eso sí, el grado de inseguridad que transmitió la defensa venezolana, con excepción resaltante de Rosales, fue algo que también teníamos años sin experimentar. Una exhibición de torpeza, descoordinación y pobreza de recursos ante las carencias en velocidad, habilidad y entendimiento entre centrales. Mención aparte para Feltscher, quien fue de largo el merecedor de la peor calificación. Desentonó totalmente. Los despejes a cualquier lado parecían de un partido de finales de los 70.

Todo esto aún me hace dudar del papel ante México y Uruguay. Si la defensa sigue así, a preparar el saco para los goles.

México demostró anoche que parece por fin dispuesto a asaltar la cima, como le corresponde. Tiene los argumentos y el trabajo, así como el respaldo de una organización y un torneo de calidad.

 

El medio de la eliminatoria

Llegamos a la mitad de la eliminatoria y empezamos la segunda vuelta. Un tránsito positivo de la selección vinotinto, con muchos puntos conseguidos fuera y puntos bien defendidos en la casa, con la excepción de ese empate contra Ecuador.
Sin duda se esperaba mucho más de esta primera jornada de la segunda vuelta, pero ahí está Venezuela, en el grupo de punta, separados del rezago, sin extrañar aquella permanencia en ese orden posicional de retaguardia absoluta.
Queda bastante atrás y sin deseos de vuelta, la estancia recurrente en el último puesto. Al llegar a estas alturas del partido ya no había esperanza y el único estímulo del aficionado era apoyar con la visión de «hacer un papel decoroso», salir con la cabeza alta y recibir el menor número de goles en la cada vez menos moralizada puerta nacional.
Ahora parecen otros tiempos. Luego de 9 partidos estamos en puestos de clasificación, sin necesidad de hacer cálculos matemáticos enrevesados para apuntar a la carambola de muchas derrotas rivales para arañar el puesto de la repesca.
Desde hace unos años vamos ahí, dando guerra y jugando con a veces más garra que orden, pero obteniendo puntos. No es que nos hayamos quedado a las puertas en las eliminatorias anteriores, pero al menos en la última había posibilidades ciertas, probabilidades altas de llegar a ese puesto de «repechage«, lo que dependía de nosotros mismos. Lamentablemente no hubo arrestos suficientes para guardar los puntos en casa, Uruguay y Paraguay vinieron a malograrnos, o nos dejamos las probabilidades en la cuneta de nuestros estadios, sin ningún tipo de excusa posible.
Las paradojas del fútbol han echado al Paraguay al sótano, con mínimas posibilidades de clasificar, casi en unas condiciones que recuerdan la remota posibilidad que siempre ensombrecía el futuro de Venezuela en el tránsito de la eliminatoria.
 Ahí están Perú, Bolivia y Paraguay, bastante abajo, aunque lo más preocupante y de la que hay que cuidarse es de la selección del altiplano, que ha dado nuevamente las riendas a Azkargorta, quien ya les clasificó a un mundial, el único al que han ido, en aquella eliminatoria en la que los bolivianos nos metieron 14 goles repartidos entre La Paz y Puerto Ordaz (7 y 7 por el pecho). Eso fue para el Mundial del 94 en Estados Unidos, al que fueron Colombia y Bolivia dejando en la lona a Uruguay y Paraguay. Esa copa en la que «El Diablo» Echeverry se hizo expulsar a los pocos minutos de haber entrado a jugar, ese torneo del autogol de Andrés Escobar y la derrota de Colombia frente a Camerún, a pesar de Valderrama, Rincón y Asprilla.
Así que viéndolo con calma, habrá que preocuparse menos de los de arriba, que seguirán ahí, pues no hay indicios de flaquezas en su porvenir y mantener a raz del sexto puesto a los de abajo y a los rivales directos, como Perú y Bolivia. De Ecuador ya es mejor olvidarse, a menos que un tropiezo tras otro los arrincone en los páramos áridos de la ausencia del mundial.
Detener a Paraguay, que nos tiene que visitar, igual que Colombia, Uruguay, Perú y Paraguay. Esos 12 puntos son básicos y nos llevarían a unos 24 puntos que no aseguran nada pero nos ponen a «punto de melcocha«. O sea, con un pié en el avión que lleva de Maiquetía a Río. El resto de puntos que quedan viajando, Bolivia, Argentina y Chile podrían caer de nuestro lado, o al menos unos 2 de ellos, lo que nos convertiría en miembros de ese exclusivo grupo de 32.
En marzo de 2013 veremos si tenemos posibilidades reales, por fin.

La pretemporada del fútbol en Venezuela

Es estimulante saber que se ha activado el fútbol profesional en Venezuela. Este domingo, 29 de julio, juega nuestro Táchira con el Trujillanos. Pero además El Caracas FC recibe al Málaga en su gira por Venezuela.

El viernes pasado (27/07) el Zamora cayó ante el mismo Málaga 0 a 3, aunque las crónicas del partido y los twitters reflejan que no hubo tanta diferencia en el juego.
Hace apenas 10 años era impensable que se programaran tantos partidos de pre-temporada, no había tanta difusión ni tantas páginas webs dedicadas a nuestro fútbol. Es parte del avance que hemos tenido y que se refleja en la selección. Es un efecto bidireccional, consecuencia un evento del otro. Más difusión, más fútbol. Mejores resultados, más difusión.
También es producto de la mejor formación y de la vocación de los periodistas y comunicadores dedicados a éste tema, antes prácticamente reducidos al área andina, con algunas excepciones aisladas en el resto del país, pero ahora con gran fortaleza en cualquiera de las ciudades que han quitado protagonismo a San Cristóbal.
No debe considerarse una amenaza este surgir de medios y acción futbolística. La competencia es sana, y la presencia de manifestaciones en todo el país es beneficioso para lograr más respeto y fortaleza como actividad.

FInal de la Euro 2012

Hoy termina la Euro 2012 de Polonia y Ucrania. Como hace 4 años, España está otra vez en la final y eso me lleva a pensar que durante más de 30 años, desde que tuve conciencia del fútbol y hasta hace sólo 4, no sólo no me gustaba España como selección de fútbol sino que llegué a aborrecer su presencia  en los torneos internacionales, cosa que era extensiva a Italia y Portugal – un poquito menos. Debió ser por el sesgo mediático y social que implicaba la gran presencia de estas 3 selecciones en la tele, radio y prensa escrita de Venezuela.
Me preguntaba subconscientemente cómo era posible que el gran fútbol total de Holanda, Inglaterra y Polonia, que habían pasado por encima de las frágiles selecciones sudamericanas de los años 70 no hubiera sido reconocido sino como una anomalía del universo futbolístico, tal como los agujeros negros, los quasars y la materia oscura. Peor, había que luchar contra un sistema así desde las posiciones meridionales.
De Los Pirineos o los Apeninos para abajo, todos contra el norte, por pura convicción territorial sin fundamento intelectual ni deportivo. Todos en solidaridad, misma que terminaba, o no, cuando Argentina, Brasil o Uruguay debían enfrentarse a Italia, Portugal o España.
Lo que sentía era ese «no voy por el contrario, quiero que pierda…», que terminaba por ponerte en apoyo insospechado a, qué se yo, Austria, o Hungría, o Dinamarca. Se que no me unía ningún tipo de relación con esos u otros países. Era simplemente el deseo de derrotar a los idolatrados y magnificados, a veces sin razón, países de las famosas colonias más numerosas (ese tema lo tocaré algún día en otro blog) presentes en Venezuela.
También es cierto que justo el Mundial en el que abrí los ojos al fútbol fue el de Alemania’74, en el que el dominio europeo fue abrumador y Polonia, país de origen de mi padre, tuvo un excelente torneo terminando en tercer puesto, Lato, máximo goleador y bota de oro y Brasil, que venía de pulverizar records en México’70, quedó en cuarto puesto al perder con Polonia. Todo redondo y claro.
España por su parte ha experimentado en su concepción del fútbol un cambio deportivo y filosófico tal que incluso a un aficionado adversario como yo le hizo ver que se podía pasar al, desde mi punto de vista, lado luminoso de La Fuerza. Dejó de ser muchos años antes un equipo furioso y de garra, a ser la orquesta que es ahora, afinada, gloriosa y magnífica, envolvente e hipnótica, llena de volumen y potencia.
Debo asegurar que este no es un cambio de postura acomodaticio, como lo es apuntarse a ganador. Es reconocer que la elaboración futbolística de España ha alcanzado niveles de excelencia que merecen la contemplación y la admiración. Por supuesto el hecho de mi vida en España coincidente con este despunte deportivo ha influido de gran manera, pero no es la única razón ni es simple triunfalismo. Mi corazón sigue estando con La Vinotinto en primer lugar, a la que espero ver en el próximo Mundial de Brasil, y con Polonia, de la que esperaba mucho más en esta Euro, su Euro.
Hoy voy a España, de la que espero pase por encima de Italia, no porque odie o aborrezca a los italianos, que por otra parte han logrado al fin jugar buen fútbol, sino que por fin en este caso voy a y no en contra de.

La Copa Venezuela: vuelta de octavos

Hoy el Deportivo Táchira, nuestro glorioso carrusel Aurinegro, enfrenta el segundo juego de octavos, la vuelta, ante El Vigía, con una ventaja corta, pero ventaja al fin.
El partido de ida, jugado en Pueblo Nuevo, terminó 1 a 0, gol de Anderson Arias, El Burrito, y ahora vamos a El Vigía para resolver la eliminatoria.
Habrá transmisión radial desde temprano. Lo lamentable es que las televisoras no se interesen en el evento, y otras no cuenten con suficiente potencia tecnológica para realizar la cobertura. Bueno, tampoco es que se necesite tanto bagaje técnico.

OTRO TEMA

Persisto en la idea de que Farías equivocó el planteamiento. Otro resultado hubiera sido un «toque de flauta». Hubo menosprecio del rival. Y demasiada cautela pensando en Argentina.

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César «Don Armando» Farías

En el post anterior mencioné este mote que lleva desde hace 7 años César Farías, el de «Don Armando». No muchos lo usan y la verdad, creo que pocos lo conocen, pues pertenece a la época en que César dirigía al Deportivo Táchira en aquella espectacular Libertadores en la que enfrentó a River Plate y en la que llevó a mi Táchira del alma a cuartos de final.
El tema es que creo que fue Sebastián «el pollo» Vignolo, narrador de FoxSports, a quien se le pareció Farías a Don Armando. Uno o dos años antes la exitosa novela «Soy Betty la Fea» causó furor en el mundo, marcando records de audiencia y su protagonista masculino se llamaba «Don Armando». La verdad a mi también se me parece Farías a «Don Armando».

Partido de locos

El vivir en España, para un aficionado adicto a la vinotinto, al Deportivo Táchira, y a casi todo lo que tenga que ver con el futbol venezolano, a veces conlleva sacrificios. Sacrificios como el de este 13 de julio, en España ya 14, porque el partido de Copa América Venezuela – Paraguay comenzó a las 12:15 de la madrugada y terminó, como era lógico, a las 2 de la mañana pasadas. Es lo que tienen las 5 o 6 horas de diferencia con América.
Valió la pena, sin embargo, aunque gran parte del segundo tiempo de ese «partido de locos», como lo calificaron los principales periódicos  de España (El Pais, El Mundo, etc) y la tele (canalplus), provocó casi el arrepentimiento del trasnocho, no por la forma de jugar, que mostraba a una Vinotinto que superaba en todas las líneas a Paraguay, sino por la ingenuidad de permitir 3 goles paraguayos que no debieron ocurrir, y haber dejado de marcar al menos 2 más en el primer tiempo.
La verdad es que los medios y los delanteros vinotinto estaban un poco «acelerados» y, como bien dijo el comentarista de Canal Plus, a Venezuela le faltaba establecer correctamente el «último pase», esa última conexión que hace la diferencia entre la finalización de la jugada en gol, o un simple ataque más sin resultado. Parecía que querían, los vinotinto, hacer el gol antes de recibir la pelota, lo que provocó varios disparos antes de tiempo, o pases al vacío sin destino, antes de hacer una o dos combinaciones para llegar con posibilidades.
Al término hubo justicia, porque luego de volver a las andadas, y dejarse envolver por los duros paraguayos cuya fórmula de concreción es conocida – centro al área en balón parado y cabezazo -, hubo arrestos y orden para remontar y empatar como lo hacía el Deportivo Táchira aquel de Farías, el de César «Don Armando» Farías, que se hizo nombre en aquella Libertadores en que, ante River y en el Monumental, remontó un 0 – 2 para empatar a 2 bajo la lluvia y clasificar primeros a la siguiente ronda de esa fabulosa copa. Los comentaristas de Foxsports se deshacían en elogios al orden y concierto de este muy joven técnico cuya labor le llevó a ser nominado al premio de director técnico de año de Foxsports. hay que ver lo que significa que un DT venezolano, del país que no aparece en cartelera, sea nominado, sea tenido en cuenta para este o cualquier otro premio. Luego algún post versará sobre este mote y ese maravilloso año de César.
Por fin la filosofía de Farías se va haciendo huella y efecto en el seleccionado vinotinto, y eso implica buenas noticias y mejor pronóstico de la evolución de esta selección que ya, desde este momento, debe tener satisfechos a todos los seguidores del fútbol venezolano, y que además, les hace soñar como nunca antes.
No hay que decir que es difícil celebrar, brincar y gritar ahogadamente, casi con sordina, los goles para evitar que los vecinos se molesten ydespierten a las 2 am de un miércoles o jueves.

Venezuela en la Copa América de Argentina 2011

Venezuela está haciendo una gran Copa América en Argentina. En esta edición ha tenido que enfrentarse al grupo considerado más duro, porque incluye a Brasil, a Paraguay y a Ecuador, 3 selecciones de buen nivel tanto continental como mundial. Las tres han sido mundialistas, de Brasil hay poco que decir, excepto que parece estar en uno de esos procesos generacionales de transición, y Paraguay siempre ha sido un problema grande para Venezuela. De hecho, en la última eliminatoria uno de los factores que impidió la llegada de Venezuela al puesto que daba lugar al repechaje fue la pérdida de puntos con Paraguay – se perdieron los 6 disputados, particularmente importantes los 3 dejados de local.
hace 4 o 5 días celebrábamos el liderato del grupo B surgido de un empate ante Brasil y un triunfo ante Ecuador, jugando de manera ordenada y disciplinada, manteniendo la figura táctica e ilusionando a los venezolanos con un pase a cuartos de final. Venezuela estaba clasificada matemáticamente y sólo esperaba a su rival, que ahora sabemos es Chile. Lamentablemente si el resultado entre Brasil y Paraguay hubiera sido otro la situación sería más clara pues uno de los dos nombrados estaría casi haciendo maletas o jugaría el último partido de grupo con bastante desesperación. Aunque parezca mezquino, es mejor para el resto de las selecciones, pero especialmente para Venezuela, que este tipo de rivales desaparezca del entramado clasificatorio, del calendario, pués.
Ha sido sin ninguna duda la mejor actuación de Venezuela en una Copa América. Queda mantener la condición actual para seguir avansando en el torneo y llegar lo más lejos posible.

Por fín, Venezuela empata con Brasil en partido oficial

Han pasado 32 años desde que viví mi primera Copa América. Quería ir al polideportivo de Pueblo Nuevo, pero sólo tenía 12 años y nadie me compró la pólvora. En una semana Venezuela recibía a Chile y a Colombia. Tocó oir por radio la transmisión, creo que fue por Radio Táchira. En Chile y Colombia jugaba gente importante. En la roja chilena estaban Carlos Caszely y Patricio Yañez. En Colombia iba Arnoldo Iguarán, quien después iría a mi querido Deportivo Táchira como el fichaje más caro jamás realizado en el futbol venezolano. Nada más y nada menos que 250 mil dólares. Pálidos 250 mil al lado de lo que ahora se paga por cualquier jugador. Era sin embargo un dineral para un fútbol que era prácticamente semiprofesional. Pero esa es otra historia.
Venezuela empató con Colombia a 0 y con Chile a 1 (gol de Rodolfo, el flaco, Carvajal) en Pueblo Nuevo y por cierto, el portero de Venezuela era el padre de Renny, el actual portero de Venezuela. Por esa actuación y la inolvidable ante Brasil en el premundial del ’81 Vicente Vegas es el portero histórico de Venezuela, el referente, aunque ahora pocos se acuerden. De hecho, Vegas fue a Brasil a jugaren la primera división de ese país por allá por 1982.
Hoy, 3 de julio de 2011, ocurre un hito histórico para el fútbol venezolano. Por fin creímos y logramos lo que ninguna selección había podido, empatarle a Brasil. Al Brasil de Elano, Alexandre Pato, Dani Alves, y Julio César. Al Brasil que siempre quiere ser campeón del mundo. Al Neymar que quiere el Madrid. Bien parados, bien administrados. Con el regusto de soñar y aspirar al triunfo.
Gracias a Farías y a Arango, Rincón, Miku, Cichero, Lucena, Perozo, Vegas, Giancarlo, Alejandro, Di Giorgi, Rondón, Vizcarrondo y «Maestrico» González. Son los herederos de esas selecciones de Páez y del atrevimiento de los últimos 10 años. Pero esta es la mejor selección de todos los tiempos. Y eso que no jugó Yohandry.
Ahora contra Paraguay y contra Ecuador. Que tiemblen, porque viene la Vinotinto.