Llegamos a la mitad de la eliminatoria y empezamos la segunda vuelta. Un tránsito positivo de la selección vinotinto, con muchos puntos conseguidos fuera y puntos bien defendidos en la casa, con la excepción de ese empate contra Ecuador.
Sin duda se esperaba mucho más de esta primera jornada de la segunda vuelta, pero ahí está Venezuela, en el grupo de punta, separados del rezago, sin extrañar aquella permanencia en ese orden posicional de retaguardia absoluta.
Queda bastante atrás y sin deseos de vuelta, la estancia recurrente en el último puesto. Al llegar a estas alturas del partido ya no había esperanza y el único estímulo del aficionado era apoyar con la visión de «hacer un papel decoroso», salir con la cabeza alta y recibir el menor número de goles en la cada vez menos moralizada puerta nacional.
Ahora parecen otros tiempos. Luego de 9 partidos estamos en puestos de clasificación, sin necesidad de hacer cálculos matemáticos enrevesados para apuntar a la carambola de muchas derrotas rivales para arañar el puesto de la repesca.
Desde hace unos años vamos ahí, dando guerra y jugando con a veces más garra que orden, pero obteniendo puntos. No es que nos hayamos quedado a las puertas en las eliminatorias anteriores, pero al menos en la última había posibilidades ciertas, probabilidades altas de llegar a ese puesto de «repechage«, lo que dependía de nosotros mismos. Lamentablemente no hubo arrestos suficientes para guardar los puntos en casa, Uruguay y Paraguay vinieron a malograrnos, o nos dejamos las probabilidades en la cuneta de nuestros estadios, sin ningún tipo de excusa posible.
Las paradojas del fútbol han echado al Paraguay al sótano, con mínimas posibilidades de clasificar, casi en unas condiciones que recuerdan la remota posibilidad que siempre ensombrecía el futuro de Venezuela en el tránsito de la eliminatoria.
Ahí están Perú, Bolivia y Paraguay, bastante abajo, aunque lo más preocupante y de la que hay que cuidarse es de la selección del altiplano, que ha dado nuevamente las riendas a Azkargorta, quien ya les clasificó a un mundial, el único al que han ido, en aquella eliminatoria en la que los bolivianos nos metieron 14 goles repartidos entre La Paz y Puerto Ordaz (7 y 7 por el pecho). Eso fue para el Mundial del 94 en Estados Unidos, al que fueron Colombia y Bolivia dejando en la lona a Uruguay y Paraguay. Esa copa en la que «El Diablo» Echeverry se hizo expulsar a los pocos minutos de haber entrado a jugar, ese torneo del autogol de Andrés Escobar y la derrota de Colombia frente a Camerún, a pesar de Valderrama, Rincón y Asprilla.
Así que viéndolo con calma, habrá que preocuparse menos de los de arriba, que seguirán ahí, pues no hay indicios de flaquezas en su porvenir y mantener a raz del sexto puesto a los de abajo y a los rivales directos, como Perú y Bolivia. De Ecuador ya es mejor olvidarse, a menos que un tropiezo tras otro los arrincone en los páramos áridos de la ausencia del mundial.
Detener a Paraguay, que nos tiene que visitar, igual que Colombia, Uruguay, Perú y Paraguay. Esos 12 puntos son básicos y nos llevarían a unos 24 puntos que no aseguran nada pero nos ponen a «punto de melcocha«. O sea, con un pié en el avión que lleva de Maiquetía a Río. El resto de puntos que quedan viajando, Bolivia, Argentina y Chile podrían caer de nuestro lado, o al menos unos 2 de ellos, lo que nos convertiría en miembros de ese exclusivo grupo de 32.
En marzo de 2013 veremos si tenemos posibilidades reales, por fin.
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Empate en Barranquilla
De una a 3 de la mañana, hora de Europa, pasamos ratos tensos y difíciles, viendo el empate de Colombia y Venezuela en Barranquilla por la eliminatoria para el mundial del 2014 en Brasil. Colombia no le gana en Barranquilla a Venezuela desde 1997, y así seguirá siendo hasta la próxima eliminatoria o antes, si juegan algún amistoso.
Lo cierto es que Colombia dominó, las líneas de la vinotinto estuvieron muy separadas, pero los últimos 15 minutos fueron de Venezuela. Los mismos comentaristas de CaracolTV afirmaron y reconocieron que Venezuela estaba mejor.
Es cierto que ambos tenían que haber terminado con diez, pero a Venezuela la salvaría que el árbitro no vió a Miku pisar a Yepes, pero sí vió de frente la entrada asesina de Perea, al que solo le sacó amarilla.
No estuve de acuerdo con sacar a Miku antes que a Moreno. Es mas, creo que Moreno debería ser suplente. Rondón tiene que estar desde el inicio. Eso no es discutible. Lo otro es que Amorebieta le da mayor fortaleza y propiedad a la defensa. Muy bien.
Ahora Venezuela tiene 4 puntos y espero que le gane a Bolivia en San Cristóbal para firmar el mejor inicio de la eliminatoria.
Me sigue pesando que Farías sacara un equipo alterno contra Ecuador. ¿Dónde estaría ahora la Vinotinto? Es imposible decirlo pero probablemente más arriba en la tabla.
La Copa Venezuela: vuelta de octavos
Hoy el Deportivo Táchira, nuestro glorioso carrusel Aurinegro, enfrenta el segundo juego de octavos, la vuelta, ante El Vigía, con una ventaja corta, pero ventaja al fin.
El partido de ida, jugado en Pueblo Nuevo, terminó 1 a 0, gol de Anderson Arias, El Burrito, y ahora vamos a El Vigía para resolver la eliminatoria.
Habrá transmisión radial desde temprano. Lo lamentable es que las televisoras no se interesen en el evento, y otras no cuenten con suficiente potencia tecnológica para realizar la cobertura. Bueno, tampoco es que se necesite tanto bagaje técnico.
OTRO TEMA
Persisto en la idea de que Farías equivocó el planteamiento. Otro resultado hubiera sido un «toque de flauta». Hubo menosprecio del rival. Y demasiada cautela pensando en Argentina.
O
Partido de locos
El vivir en España, para un aficionado adicto a la vinotinto, al Deportivo Táchira, y a casi todo lo que tenga que ver con el futbol venezolano, a veces conlleva sacrificios. Sacrificios como el de este 13 de julio, en España ya 14, porque el partido de Copa América Venezuela – Paraguay comenzó a las 12:15 de la madrugada y terminó, como era lógico, a las 2 de la mañana pasadas. Es lo que tienen las 5 o 6 horas de diferencia con América.
Valió la pena, sin embargo, aunque gran parte del segundo tiempo de ese «partido de locos», como lo calificaron los principales periódicos de España (El Pais, El Mundo, etc) y la tele (canalplus), provocó casi el arrepentimiento del trasnocho, no por la forma de jugar, que mostraba a una Vinotinto que superaba en todas las líneas a Paraguay, sino por la ingenuidad de permitir 3 goles paraguayos que no debieron ocurrir, y haber dejado de marcar al menos 2 más en el primer tiempo.
La verdad es que los medios y los delanteros vinotinto estaban un poco «acelerados» y, como bien dijo el comentarista de Canal Plus, a Venezuela le faltaba establecer correctamente el «último pase», esa última conexión que hace la diferencia entre la finalización de la jugada en gol, o un simple ataque más sin resultado. Parecía que querían, los vinotinto, hacer el gol antes de recibir la pelota, lo que provocó varios disparos antes de tiempo, o pases al vacío sin destino, antes de hacer una o dos combinaciones para llegar con posibilidades.
Al término hubo justicia, porque luego de volver a las andadas, y dejarse envolver por los duros paraguayos cuya fórmula de concreción es conocida – centro al área en balón parado y cabezazo -, hubo arrestos y orden para remontar y empatar como lo hacía el Deportivo Táchira aquel de Farías, el de César «Don Armando» Farías, que se hizo nombre en aquella Libertadores en que, ante River y en el Monumental, remontó un 0 – 2 para empatar a 2 bajo la lluvia y clasificar primeros a la siguiente ronda de esa fabulosa copa. Los comentaristas de Foxsports se deshacían en elogios al orden y concierto de este muy joven técnico cuya labor le llevó a ser nominado al premio de director técnico de año de Foxsports. hay que ver lo que significa que un DT venezolano, del país que no aparece en cartelera, sea nominado, sea tenido en cuenta para este o cualquier otro premio. Luego algún post versará sobre este mote y ese maravilloso año de César.
Por fin la filosofía de Farías se va haciendo huella y efecto en el seleccionado vinotinto, y eso implica buenas noticias y mejor pronóstico de la evolución de esta selección que ya, desde este momento, debe tener satisfechos a todos los seguidores del fútbol venezolano, y que además, les hace soñar como nunca antes.
No hay que decir que es difícil celebrar, brincar y gritar ahogadamente, casi con sordina, los goles para evitar que los vecinos se molesten ydespierten a las 2 am de un miércoles o jueves.