Los campeones polacos en el Táchira

Tomado de vavel.com
Andaba buscando el maillot de la selección polaca de ciclismo para comprármelo y comprárselo a mi hermano. Desde muy niños nos aficionamos al ciclismo porque vivíamos en la región ciclística de Venezuela (sí, en Venezuela hay y había una región profundamente ciclística) y porque nuestro padre nos inculcó la afición al deporte en general, pero en particular a las dos ruedas y al futbol.
Coincidencias temporales, la década de los 70 fue particularmente luminosa para las selecciones polacas de futbol, ciclismo y voleyball, y por sincronías también, la Vuelta al Táchira se convertía en la «vuelta grande de América», o al menos en la competencia más importante de Venezuela, casi equiparable a la Vuelta a Colombia. A «la Vuelta», así, sin adjetivos, en singular, venía el más alto nivel del ciclismo amateur mundial, y no era un decir, era la realidad.
Por las carreteras del Táchira rodaban los que luego serían profesionales, los que participaban en Juegos Olímpicos o mundiales de ciclismo. Todo eso derivó un poco por sorpresa, pero también por capacidad, en la celebración en San Cristóbal, capital del Estado Táchira, del Campeonato del Mundo de Ciclismo de pista y ruta.
Ahora que lo veo a la distancia de casi 40 años, la capacidad de los organizadores era extraordinaria. Los líderes de esta empresa, organizar la Vuelta al Táchira cada año, el Panamericano de ciclismo de 1976 y el Mundial de 1977 eran unos visionarios fuera de serie que merecen una estatua y todos los homenajes que se les pueda hacer.
Kowalski, Szurkowski, Szozda
La imagen que encabeza este post es una captura de una página llamada vavel.com, específicamente en este artículo en el que habla de «el primer campeón polaco de la historia del ciclismo«.
Kwiatkowski al ganar la ruta en el Mundial de Ponferrada 2014
Esta afirmación no es absolutamente cierta, aunque es verdad que es el primer campeón polaco en ciclismo profesional. Como dije antes, la década de los 70 fue dorada para el ciclismo polaco, con figuraciones en las pruebas mundiales más importantes tanto individuales como por equipos. Polonia fue realmente una potencia y en los números me baso.
En esa época había una clara división entre amateurs y profesionales. Los países de la llamada Europa del este, detrás de la cortina de hierro no tenían deporte profesional. Los países como la Unión Soviética, Polonia, Rumanía, Bulgaria o aún hoy Cuba aseguraban que sus atletas eran individuos con una profesión u oficio que en su tiempo libre practicaban el deporte por afición. No vivían del deporte como actividad, lo que era muy conveniente para la propaganda del bloque comunista pues engrandecía los logros de sus atletas quienes al entrar en la élite mundial demostraban su superioridad ante los atletas capitalistas comparativamente inferiores porque tenían que dedicar todo su tiempo y obtener dinero por sus logros deportivos. De manera conveniente también los atletas – y las atletas – eran por lo general profesores de educación física o miembros de las fuerzas armadas, pero dudo mucho que alguna vez enseñaran a algún alumno o entraran en un ejercicio de combate o directamente en algún conflicto.

En 1971 en Mendrisio (Suiza) tuvo lugar los Campeonatos Mundiales de Ciclismo en los que irrumpió el equipo de ciclismo de Polonia marcando el inicio de un ciclo de una década con la obtención de su primera medalla de bronce en la prueba de contrareloj por equipos.

Mundiales de ciclismo 1971 Mendrisio (Suiza)
El siguiente año no hubo competencias amateur en los Mundiales de Gap (Francia) porque hubo Juegos Olímpicos, pero en ellos Polonia obtuvo la medalla de plata por equipos en la prueba de 100 Km contrareloj con la incorporación a la cuarteta de Ryszard Szurkowski, hombre importante porque este sí es el primer campeón mundial polaco, al ganar la prueba de ruta de los Mundiales de Barcelona de 1973, pero además doble campeón mundial al ganar la medalla de oro con la cuarteta completada por Szozda, Mitnik y Lucjan Lis en los 100 Km contrareloj.
Campeonatos Mundiales de Ciclismo de Barcelona – España 1973

Ha habido 4 campeones polacos después de Szurkowski: Janusz Kowalski en Montreal 74, campeonato en el que Szurkowski fue plata. En Gavera del Montello, Italia, 1985 resultó campeón del mundo de ruta Lech Piasecki. En Chambéry 89 fue campeón Joachim Halupczok y la cuarteta de 100 km en la que estaba Zenon Jaskula ganó plata.
Montreal 1974

Esta es la tabla de ganadores en la ruta de los Mundiales de San Cristóbal. Polonia hizo el tercer lugar en la contrareloj por equipos bajo un calor abrasador en una ruta que incluyó Coloncito, Orope, El Púlpito, La Fría. Nótese la escasa diferencia entre los 3 equipos (URSS, Italia y Polonia). Además cuando se compara con los resultados en otros mundiales y a pesar de la topografía plana, tardaron más de 4 horas en los 100 km mientras que en otros campeonatos del mundo la media para los 100 km es de poco más de 2 horas. Fue una prueba sumamente dura, lo que fue testificado por mi padre, quien servía de asesor e interprete al equipo de Polonia.

San Cristóbal, Venezuela 1977

El Campeón de la ruta amateur de San Cristóbal 77 fue Claudio Corti, quien había venido con Italia a la Vuelta al Táchira en 1976 y 1977.
Varios de los equipos europeos aprovecharon la Vuelta al Táchira y la previa Vuelta a Bramón para preparar el mundial. Algunos llegaron a San Cristóbal en diciembre del año 76 y estuvieron hasta enero participando en la Vuelta al Táchira para conocer el terreno y preparar los mundiales.

Gavera de Montello 1985
A partir de 1997 dejó de correrse la carrera amateur y entonces hizo su aparición la categoría sub-23.
Así que ya ven que Kwiatkowski no es el primer campeón del mundo polaco, y que tuvimos a los campeones de los años 70 compitiendo en la Vuelta al Táchira del 75, 76 y 77, así como a los «soviéticos» y a los italianos.

 

El torneo Adecuación, o la falta de solidez institucional de la FVF

Como si no hubiera más problemas en el futbol venezolano, la Federación Venezolana de ese deporte, el que probablemente más federados y practicantes tiene en el país, con el campeonato más grande en clubes participantes y jugadores profesionales, decide ahora cambiar el formato y calendario nacional para que se juegue y coincida con el año calendario.

Llaman Torneo Adecuación a lo que parece un experimento y un esperpento que presentaron el 6 de julio de este año 2015 para comenzarlo esa misma semana – el sábado 11 – pero manteniendo el formato de Apertura, Clausura y Final. Es decir, lo mismo pero a jugar cada año y no como ahora, que se enfatizaba en el año de comienzo y el año de culminación. No es más que un campeonato de transición, pero que sin embargo otorgará plazas a la Copa Sudamericana.
Trae el recuerdo de aquella Copa Bicentenario que pocos sabemos para qué sirvió, con la excepción de demostrar la persistente y perniciosa improvisación de nuestro fútbol, cuyas bases trastabillan siempre impidiendo el despegue y la consolidación institucional y el calado en el público – mercado.
Ahora que le expliquen a los patrocinantes esto. Que siga el despelote de la falta de coincidencia entre campeones, subcampeones, cupos de Sudamericana y los mismos torneos internacionales. Hablo de equipos que ganan una plaza para Libertadores un año en X torneo, pero terminan participando luego de casi dos en ese torneo.
Al menos ahora hay bastante más cobertura mediática que antes, pero los mismos bemoles organizativos, los mismos baches en el camino, y el mismo fracaso publicitario y promocional.

Por fin campeones, ocho estrellas

Por fin campeones. Lo decimos con alivio, luego de una larga temporada 2014  2015 que se vislumbraba como una repetición de las anteriores en las que, como dicen las señoras, se empezaba con brío y se terminaba con escalofrío.
Afortunadamente estamos celebrando la octava estrella, ganada con merecimiento luego de un clausura para la historia, en el que nuestro Deportivo Táchira hizo una presentación perfecta de local con todos los partidos apuntados a la columna de victorias. 
Eso es respetar Pueblo Nuevo. Eso es darle otra vez la categoría de «Templo Sagrado». No se permite profanación.
Bueno, sí fue profanado por los visitantes en Libertadores pero esa es otra historia de la que ya hablamos.
Consolidación es lo que necesitamos para que este logro que premia al equipo más constante y en mejor forma de todo el torneo, pero también a la mejor afición, se proyecte hacia una figuración en Copa Libertadores, es decir, en el ámbito sudamericano, al menos respetable.
El equipo se veía sólido en el primer tiempo, se mantuvo fiel a su propuesta y fue claro dominador a lo largo de esos primeros 45 minutos.
Ese espíritu tiene que mantenerse a lo largo de los partidos, como filosofía de trabajo. Es lo que le dará fundamentos, respaldo y fuerza para trascender.
Táchira es el equipo con más seguidores en el país, y fuera de las fronteras de Venezuela. Eso hay que aprovecharlo. No es Boca, no es River, no es el Barça o el Madrid. Pero en el minúsculo mercado venezolano es una marca reconocida. Es una institución como pocas, por lo que merece el respaldo económico necesario para crecer y convertirse en potencia, así como en un club respetable fuera.
Daniel Farías, quien no es santo de la devoción de mucha gente, ha logrado consolidar un grupo homogéneo para afrontar el futuro inmediato y a mediano plazo.
Son campeones y eso es lo que importa ahora. 

Sólo una empanada mental evitará el campeonato del Clausura

La jornada más reciente del torneo nacional «Clausura» del 2015 deparó noticias satisfactorias para toda la afición tachirense.
El balance no ha sido perfecto, fundamentalmente por 2 factores, pero las perspectivas son positivas a corto plazo. 
Táchira depende de sí mismo y sólo una empanada mental-fisica como aquella de la definición del torneo en Puerto Ordaz hace unos 7 años evitará que nuestro aurinegro sea campeón. En aquel aciago partido, bastaba que un delantero aurinegro se dejara caer en el área para que el torneo se hubiera resuelto a favor del Táchira, porque el árbitro alargó y parecía pujar por esa opción. Pero ni eso se les ocurrió y el Deportivo fue superado por el tercero en discordia. 
Una empanada mental es aquella confusión que te entra cuando estás ante un evento decisivo y no eres capaz de resolverlo porque empiezas a elaborar, a considerar opciones remotas o poco probables eligiendo una de las peores.
Desde la distancia que proporciona el «gran charco» es evidente que Daniel Farías no es santo de la devoción de mucha gente. Los comentarios que se leen en foros, área de comentarios de Facebook, en twitter, o en las crónicas de los diarios deportivos venezolanos, por mencionar algunos, no le dejan bien parado. A mi la impresión que me da es que comete errores por riesgo, o por su particular lectura de los partidos.
En ocasiones el técnico elige bien sus piezas y los resultados premian, pero en otras cambia a un jugador en pleno pico de rendimiento en un partido y tira todo por la borda. Así pasó en el último partido de Libertadores contra Racing club. Meza estaba bordándola, pero eso no fue factor para que el técnico dispusiera su cambio ante la sorpresa general y de los comentaristas de FOX.
Sin embargo, Táchira está ahí, con una campaña notable, manteniéndose a un solo punto de la cima pero con un partido pendiente, que si se supera de manera favorable, le dará el título. Eso es mérito de los jugadores, pero principalmente del técnico y sus decisiones. Hay que reconocerlo.
Quedan 2 partidos, uno de ellos contra Lara y el otro con los rojos del Caracas, que para mi sorpresa ocupan la primera posición cuando hace unas semanas estaba algo arriba del medio de la tabla. No veía al Caracas como rival este año, pero como siempre la organización poderosa y «aceitada» logra resultados positivos. Es algo de lo que se debería aprender siempre.

Libertadores 2015, debacle venezolana de nariz contra el muro de la realidad

Cuando todos, otra vez, pensábamos que esta sí sería la oportunidad de pasar de ronda y trascender en la Libertadores, nos dimos de nariz contra el muro de la realidad.
No parece haber forma, en las condiciones actuales, de garantizar una participación respetable en este torneo continental. 
La actuación de los clubes venezolanos no hace sino reafirmar la consideración de menor categoría que nos endilgan en el resto de subcontinente, y del mundo. 
A pesar de las grandes actuaciones, ya no tan sorpresivas, de la selección mayor vinotinto, nuestros equipos representativos, los campeones y subcampeones de los reñidos torneos locales no dan la talla.

De nada sirve que la afición en pleno apoye. Que Pueblo Nuevo se llene y grite al unísono, que haya barras y cánticos alentadores. La lluvia de goles sobre Táchira, Mineros y Zamora ha sido este año particularmente torrencial.
Parece que hubiéramos retrocedido años. Una especie de «Volver al futuro» de nuestro fútbol, pero de la segunda parte de esa mítica zaga, cuando un pequeño detalle modificó la línea del tiempo y todo el futuro-presente se torció para mal. 
La selección en el puesto 89 del ranquing FIFA, de manera estrepitosa, aparentemente sin haber perdido tanto mérito como esa clasificación injusta parece demostrar. Los equipos de más tradición en Venezuela, de más organización y mejor dotados, arrastrados por los suelos por equipos que ni siquiera son de primera línea en Sudamérica. 
No se ha jugado con Palmeiras, con Corintians, con River. Lo de Cerro fue simplemente una ilusión. Bueno, Zamora sí jugo con Boca y Mineros con Cruzeiro, pero eso no constituye excusa alguna. 
Los grupos realmente parecían superables. La falla probablemente esté en el trabajo, o en la idoneidad de los directores y cuerpo técnico para afrontar empresas más complejas que el devaluado campeonato local.

Frente a Guaraní Libertadores 2015

Vamos a ver cómo va la cosa hoy. A las 8:15 pm, hora de Venezuela, el Deportivo Táchira se enfrenta a Guaraní de Paraguay en casa de esos otros aurinegros de sudamérica, para recuperar la senda de éxito.
La estela del triunfo ante Petare y del empate ante Sporting debería servir de empuje para mantener el rumbo a los primeros lugares del grupo y la clasificación a la siguiente ronda.
Me gustaría ver la actitud que hubo en Asunción ante Cerro, manejando la pelota, sobre todo en esos extremos en los que los equipos débiles, los clubes sin pulmón, terminan por sucumbir en las arenas movedizas de los nervios y el sudor frío, el temblor de piernas, y el agarrotamiento.
Es soportar el calor del sur en esta época, el tiro de la afición rabiosa, las maneras paraguayas legendarias en el borde, rozando la ilegalidad y el cansancio del viaje. La visita siempre es dura, le toque al Madrid o al Tucanes.
Hay clubes capaces de manejar las eventualidades y superar las adversidades previas a la recepción de los goles, o los lances del partido, esos en los que se te eriza la piel, se te embota el pensamiento y terminas entregando mal, perdiendo balones en zonas arriesgadas y haciendo la falta innecesaria o inventada que termina en un tiro libre en contra que te define un partido.
Esperemos que no, y confiemos en una presentación positiva.

He hecho los deberes

He hecho los deberes y vi el partido de fase previa de nuestro Deportivo Táchira Dede Asunción ante Cerro. Un partido que desde la perspectiva lejana de la historia pintaba gris. Costó por la hora. Son 5 horas y media de diferencia que determinan que el partido para mi terminara casi a la una de la mañana.
Sin embargo, me senté ante la Mac – no tengo Gol TV, que creo es la que tiene los derechos de la Libertadores -, y mientras comentaba vía Whatsapp con mis compañeros del «Grupo de los 8» conseguí un canal web que reproducía con bastante buena calidad la señal de FOX, que no se llamaba …sports, sino Deportes. No se si es el segundo canal de Fox, o es lo que llamaban cono norte, o es un tercer canal de Fox. A los narradores no los identifiqué, de cualquier forma. Ahora se me ocurre que podría ser el canal Fox Deportes para Paraguay.

No voy a negar que reaparecieron las emociones que surgían cuando podíamos ver aquel equipo del otro Farias, de «Don Armando» (César), adueñándose del campo, haciéndose respetar, manejando con madurez los tiempos, los espacios, y el nerviosismo. 
Más que un resultado, evidentemente favorable, que pudo crecer y que llegó por disciplina y profesionalismo, existía la sensación clara de manejo, de trabajo, de ideas y de esquema. 
El arbitro, como siempre, se llevó, con merecimientos, unos cuantos insultos de nuestro histórico grupo. Además del regalo del penal, prolongó innecesariamente al final favoreciendo como siempre a los locales, si estos son del entorno de la «confederación». Me refiero a los paraguayos, uruguayos, argentinos y brasileños. El árbitro era brasileño, por cierto. 
Mientras transcurría el partido, comentábamos, insultábamos, poníamos a Gelmin en el Chelsea y concordámos en que Táchira parecía tener «oficio». Luego sufrimos con cada minuto que siguió al segundo de Rivas, acordándome de aquel purgatorio del 87 cuando se ganó sobre Independiente, o del partido contra otros Paraguayos, los de Sol de América, que nos eliminaron en penaltis luego de remontar una eliminatoria de octavos en Pueblo Nuevo, con un triplete de Carlitos Maldonado. 
Fue histórico y reconfortante. Al menos alguien le pone seriedad a nuestro fútbol, cosa que esperamos persista más allá de esta eliminatoria y durante el torneo clausura. 

Viene la Libertadores otra vez

Viene la Libertadores y otra vez apoyamos a nuestro Deportivo Táchira en su nueva campaña internacional, esperando que por fin nuestra esperanza de verlo trascender y hacerse un nombre en el mundo del futbol se cumpla.
Empezamos con Cerro Porteño, un equipo de tradición, copero, histórico, de los que se nombran cuando hablamos de futbol sudamericano y mundial. La tradición futbolística de la ribera occidental del Atlántico no existe sin la presencia de varios grandes equipos.
Hablamos de Olimpia, Cerro, River, Independiente y Boca, Peñarol y Nacional Católica y Colo Colo, Nacional y América, Corintians, Vasco Da Gama y Flamengo. Son los verdaderos representativos del fútbol sudamericano, los que le ponen cara al resto del mundo, aunque algunos hayan tirado a menos y transitaran durante un tiempo en las oscuras aguas de la segunda división.
Es cierto que esa preponderancia de las «vacas sagradas» del cono sur los ha favorecido en tanto movilizadores comerciales y soporte de intereses extrafutbolísticos, incluso políticos.
Cuántas gestas frustradas, cuantos episodios abortados de clubes que aspiraban y aspiran a entrar en ese olimpo, grabar su nombre a fuego y ganar el respeto del resto, quedaron en el penúltimo escalón del podio, para no volver, o para quedar tan golpeados financiera y anímicamente que la recuperación costó años.
La Confederación es implacable. Le cuesta muchísimo permitir que alguno de los no elegidos haga cumbre en ese largo ascenso, y se mantenga.
A cuántos nos gustaría que nuestro club llegara a instancias tan importantes como la semifinal, tal como lo han hecho el Once Caldas, el Barcelona ecuatoriano, el Cobreloa o el Liga Deportiva de Quito, equipos que también llegaron a finales que alguno ganó.
Un sueño de muchos aficionados aurinegros: asistir a un encuentro de Final de Libertadores en Pueblo Nuevo con la participación de nuestro Deportivo Táchira, ataviado con una camiseta alegórica en la que figure un parche que diga Copa Libertadores Final.
Es un sueño, pero también una aspiración factible en esta época de evolución y desarrollo del fútbol venezolano.