Este sábado, 2 de junio de 2012, la Vinotinto (#Vinotinto) nos dio otra gran satisfacción. Otra gran alegría que es producto de la perseverancia y el efecto Farías.
No es más que la reiteración de aquellas gestas del Táchira de César «Armando» Farías contra equipos como River en el Monumental, remontando resultados, luchando literalmente hasta el final, cuando por ejemplo, Boada marcó aquel golazo en medio del palo de agua de Buenos Aires. Ese Táchira humilde y de desconocidos que llegó hasta cuartos de final, que valió para que Farías fuera nominado a Técnico del Año por Foxsports.
Sin duda este hombre debe tener un gran poder de motivación. Nuestros jugadores son buenos. Esta es la mejor generación futbolística de Venezuela en toda su historia. La más preparada técnicamente, la mejor formada, la mejor nutrida y la más experimentada. Que llegue o no al mundial de Brasil es otra cosa, y que su nivel sea equiparable a selecciones y jugadores con más trayectoria es otro cantar. Pero que están motivados es incuestionable. Luchan hasta el final, mantienen el tipo y logran el objetivo sin desorden, sin desesperación, sin anarquía, que eran características pasadas. Otras veces la Vinotinto ha estado por delante en el marcador y por nervios, desesperación, falta de disciplina o cansancio han botado el resultado. Eso no parece ocurrir con esta selección, y creo que eso es el «Efecto Farías«.