El Deportivo Táchira y sus inicios en la Libertadores

El Deportivo Táchira nos ha dado grandes satisfacciones a los aficionados, así como algunas decepciones. Sin embargo, siempre estamos firmes ahí, apoyando al carrusel aurinegro desde hace mucho tiempo, incluso cuando la camiseta a franjas amarillas y negras era de una marca desconocida, un uniforme austero y poco vistoso, de un material de lana sintética que parecía bastante caluroso y poco presentable.
En los años ochenta comenzó el andar por Sudamérica en la Copa Libertadores. Como Táchira se tituló en el 79, en 1980 participó en la Copa junto con el sub-campeón Deportivo Galicia. A esos partidos no asistí, aunque los viví por radio. Ni siquiera la televisión se dignó transmitir. Así era la cosa en Venezuela. Ni un guiño al fútbol venezolano pero eso sí, los equipos periodísticos deportivos de los canales se sabían al pelo las alineaciones, marcadores, vida y milagros de los combinados de las 3 principales ligas europeas, según ellos. Bueno, las dos importantes y la portuguesa. Gran Bretaña y Alemania tampoco recibían alguna atención y de la primera sólo se medio sabía que Oswaldo Ardiles jugaba en ella, poco más.
Fue durante la rivalidad con el Marítimo de Venezuela que Venevisión se atrevió a intentar transmitir algún partido. En una decisión estúpida ese partido, que era una final desde el Estadio Olímpico de Caracas no pudo ser visto por mandato de la Federación Venezolana de Fútbol y de la Liga de Futbol Profesional. Venezolana de Televisión hizo algún intento de transmitir, moviendo el partido a televisar para el sábado a las 4 o 5 pm. Era algo inédito en nuestro fútbol ,que siempre se jugó los domingos a las 4:30 pm excepto en Mérida donde siempre se jugaba a las 11 am por la pluviosidad vespertina intensa de la ciudad de los caballeros.
El tema de hoy no será ese, no obstante, sino lo de la Libertadores de 1980. En ese tiempo el sistema de torneo de la Libertadores establecía que de cada país clasificaban el Campeón y el Sub-campeón que formaban llave o grupo con el Campeón y segundo de otro país. De cada grupo clasificaba 1 club. Como en Sudamérica hay 10 países se formaban 5 grupos, el campeón de cada grupo y el campeón de la Libertadores del año anterior, que clasificaba directamente para el siguiente torneo, pero entraba directo a la ronda semifinal, formaban 2 grupos de 3 equipos de los que salían 2 para disputar la final a ida y vuelta. Con ese sistema el Deportivo Italia clasificó una vez en los 70 y el ULA Mérida clasificó en 1984. Esos partidos del ULA sí llegó a transmitirlos la televisión, pero incluso los de visita no salieron al aire.
Como puede verse el sistema anterior de la Copa era complicado y difícil. Era casi imposible ganar un grupo para un equipo de Venezuela. Económicamente era una carga de la que los equipos venezolanos, con poco fondo financiero, salían escaldados. Sin embargo hubo excepciones como la del Atlético San Cristóbal o el ULA. Había además un sistema de rotación por países, de tal manera que si Venezuela jugaba un año con Brasil, al siguiente le tocaría Colombia, luego Ecuador, Perú, Bolivia, etc, hasta volver a jugar con Brasil al cabo de 10 años.
Esa primera Libertadores de nuestro Táchira correspondió jugar contra el campeón y subcampeón de Brasil, el Internacional de Porto Alegre y el Vasco da Gama. Táchira no ganó ni un partido. No pudo ganarle ni al Galicia. No anotó un solo gol y recibió 9. El Internacional llegó a la final contra Nacional de Montevideo y perdió. Así comenzó la andadura de nuestro Táchira por América. Luego vendría la copa contra Colombia en 1982 (Tolima y Nacional de Medellín) y contra Ecuador (Nacional de Quito y Barcelona de Guayaquil) en 1983, en compañía del Atlético San Cristóbal. Hasta ese año el Táchira no ganó ninguno de los partidos que disputó en Libertadores

Carlos Julio Acevedo

En los años 80 empecé a ir con asiduidad al fútbol en Pueblo Nuevo, el magno estadio del fútbol venezolano, el templo sagrado. Ahora es profanado con más frecuencia de la deseada, y tampoco es el más grande del país. En Maturín, no se sabe porqué, para la Copa América del 2007 se construyó el Monumental, con capacidad para más de 50 mil, que vaya uno a saber cuándo lo llenarán. Digo que no se sabe porqué, dado que si bien oriente tiene mucha afición al fútbol, Maturín no es la ciudad más poblada de esa región. Tiene casi 500 mil habitantes, y el Monagas SC, el equipo profesional de la ciudad ni siquiera está en primera división.
Como decía, comencé mi asistencia a Pueblo Nuevo de la mano de un gran amigo de mi casa, Fabio Ramírez (luego diputado a la Asamblea Legislativa del Estado Táchira) quien tenía incluso ciertas influencias como para pasar al área de vestuarios, o la zona bajo Tribuna Principal, lo que me permitió ver de cerca a los jugadores, así como a las personalidades y el maravilloso gramado del estadio, el mejor del  país en ese momento. El único en el que se podía jugar de verdad en toda Venezuela. El hermano de Fabio, Gerardo «catire» Ramírez era el técnico de sonido y comunicaciones de Radio Táchira para el fútbol por lo que trabajaba de la mano con Manolo y Jairo.
Una vez fuimos a ver al Táchira contra el Deportivo Galicia, ese que formaba parte del trío de equipos de colonias que en los 80 completaban la Liga. Los otros dos equipos eran el Deportivo Portugués y el Deportivo Italia. Lo ví desde la tribuna principal original, mucho más pequeña que la de ahora, pero igualmente techada. En el centro de esta tribuna, que era la occidental del estadio, tal como es ahora, habían sillas sobre el concreto que servía de asiento al resto de los asistentes. Era el sector central que servía como palco, de acceso restringido para personalidades. El resto, aunque pagábamos más que en popular, nos sentábamos directamente en el cemento o en algún cojincito que se llevaba para la ocasión. Eso sí, no nos daba el sol y nos mojábamos mucho menos. Después ya empecé a ir a Popular y ahí era otra historia.
Táchira tenía un centrodelantero que era un tanque. Un tipo hábil y de gran fortaleza que yo suponía era uruguayo pero que en algún blog se ha mencionado como argentino. Yo sigo pensando que era uruguayo como lo afirman en este otro blog. Era Carlos Julio Acevedo, un hombre rápido y temido por las defensas del resto de los equipos. Tenía el fenotipo de esos futbolistas del sur de finales de los 70 y principios de los 80, con el pelo liso y largo, un tórax ancho, al que sólo le faltaba una bandana, o como dicen los argentinos, una vincha. Parecía más un jugador de rugby que de fútbol. Por ese mismo blog me enteré que después jugó en el Deportivo Independiente Medellín, de la primera división de Colombia, lo que para mí significa mucho porque indica que era un tipo de calidad que podía ir a un torneo de muchísimo mayor nivel que el nuestro. Eran los tiempos en que no había internet, y a pesar de la cercanía con Colombia la información llegaba escueta. Siempre creí que Acevedo se había ido al Cruz Azul mejicano, o así se había mencionado en la prensa o radio local. En la imagen que sigue aparece agachado de segundo de izquierda a derecha, justo al lado de otro gran jugador que vino al Táchira, Carlos «La fiera» Gutiérrez, quien estuvo en aquel Táchira que vistió de auriverde.

medellin-aquellostiempos

De ese partido contra el Galicia recuerdo claramente – hablamos de hace 30 años – el uniforme blanco de ese equipo con la banda celeste diagonal de hombro a cintura. Era un partido de las 4:30 pm, la hora oficial del fútbol en Venezuela en esa época. Nuestro Táchira jugaba con su uniforme aurinegro. Pero además quedó en mi retina un lance en el que a un centro desde la derecha Carlos Julio salta hacia adelante desde el punto penal y cabecea casi en palomita, pero intenta colocar tanto la pelota que terminó enviándola por fuera. Siempre he tenido la impresión de que quiso adornarse tanto en el cabezazo, porque el centro era tan perfecto que la dirigió demasiado ancha al segundo palo. Un frentazo de manual que no terminó en gol.
Ese partido terminó empatado, no recuerdo si 1 a 1 o 0 a 0. Un poco decepcionante porque esperábamos un triunfo seguro

Aquí está el recordado Pedro Febles con el uniforme de esa época del Deportivo Galicia.

Táchira mantuvo el invicto

La quinta jornada del Clausura nos dejó cerca del primer lugar, a sólo 2 puntos de los líderes luego del triunfo de Zamora (líder) ante el Atlético Venezuela como visitante, y empatados con Trujillanos, que le metió 4 al Estudiantes, el cual parece destinado a los últimos lugares de la clasificación. Los resultados han favorecido relativamente al Deportivo Táchira que, según las crónicas se vio en apuros para mantener el invicto.
Todos coinciden en que el equipo no se encontraba a sí mismo en la difícil cancha de Puerto Ayacucho, que parece se ha vuelto un fortín en ese remoto sur de Venezuela. Así lo reseñan Meridiano, Líder y Lavinotinto.com. Incluso se habla de susto y no creo que estén muy lejos de la verdad, porque el empate fue al final y gracias a un Wilker Angel que ha aparecido con esta ya dos veces como goleador y preservador del puntico del empate.
No hubo buena respuesta del equipo a los cambios introducidos como revulsivos por el técnico Daniel Farías pero nuestro Táchira sigue teniendo categoría de poderoso, respetado por el resto, entre los que están este recién llegado Tucanes, que por otra parte venía haciendo una campaña aceptable.
El técnico de Tucanes es Horacio Matuszyk, el «polaco» (por apellido y ascendientes), quien formó parte de aquel poderoso Minerven, el «Expreso Azul» que nominó Cristóbal Guerra. Ese Minerven que tan bien estuvo en los torneos nacionales y en la Libertadores, cuando todavía existía el Pepeganga Margarita y era el principal rival de Mineros entre los 80 y los 90.
La próxima jornada será la del despegue, cuando nuestro Táchira seguramente derrotará con contundencia al Atlético Venezuela y se encaminará a otro título.

El torneo Clausura de Venezuela ha comenzado

Ha comenzado un nuevo torneo del futbol venezolano, el Clausura 2013, lo que correspondería a la segunda vuelta en el calendario europeo. Ya se sabe que Brasil sigue otro tipo de calendario y ha habido múltiples cambios tanto en los períodos de competición como en la modalidad de campeonato o liga en los distintos países que conforman la Conmebol. Eso hace que mientras en Europa se conocen claramente los representantes a las diferentes copas continentales, en América del Sur, a la hora de hacer los sorteos de las dos copas (Libertadores y Sudamericana) muchas plazas sean ocupadas por letras y números, correspondientes a los hipotéticos representantes de cada país. Además el número de representantes de cada país es variable, de acuerdo al peso futbolístico y económico, y al atractivo de cada equipo de acuerdo a su historia, publicidad, peso económico y potencia. Es así como River, Boca o algún otro brasileño entran directo a la Copa Sudamericana aunque no ocupen puestos de arriba en sus respectivas tablas de posiciones de torneo.
Es un tema que termina produciendo confusión. No solo eso, sino que por ejemplo a veces tenemos campeones o subcampeones de Venezuela o Colombia o Argentina, que no participan en el torneo continental de ese año ni del siguiente. A veces hasta olvidamos cuál es el equipo que le corresponde participar en determinado torneo anual, o incluso algún equipo que clasifica termina participando cuando está en segunda división, porque por circunstancias desciende al año siguiente.
Peor es el tema de Argentina y su esquema de descenso a segunda, basado en un complicado sistema de coeficientes de los últimos torneos. Es un esquema creado probablemente para proteger precisamente a esos equipos grandes como Boca, River, Vélez, etc. No obstante a pesar de ese sistema, River descendió hace 2 años, provocando un cataclismo en el futbol argentino, especialmente entre su numerosísima afición.
Estos esquemas son un poco caóticos pero así va el futbol sudamericano. Denota falta de organización, cuyos vestigios probablemente se mantienen por influencia de la TV argentina, especialmente esa poderosa productora de eventos deportivos llamada Torneos y Competencias.
Táchira empezó bien este torneo y parece que Giancarlo Maldonado ha inaugurado el marcador, como corresponde a un tipo de su nivel. Pero lo vi un poco barrigón, lo cual no fue óbice para que ganara en velocidad al lateral del Deportivo La Guaira. Ahí es donde crece la duda acerca del nivel futbolístico real de Venezuela, como también hace dudar, y mucho, el estado de ese potrero que llaman Brígido Iriarte. Un cesped que hasta en el video del resumen de DirecTV se vea malo, irregular y saltanejo.
Otra cosa más es ver que La Guaira juega en Caracas, como lo hace el equipo de Beisbol que «representa» la misma ciudad. Son los defectos del deporte venezolano, que no termina de profesionalizarse de verdad.

Otro derby, otra derrota en Caracas

Se cumplió un nuevo derby del fútbol venezolano. Algunos lo han dado en llamar «el clásico moderno». Este es un mote reciente, porque mientras estuve siguiendo más de cerca nuestro futbol no oí a nadie llamar así al verdadero clásico del futbol venezolano, al menos desde que desapareció el Marítimo.
Hoy leí a Carlos M. Avilán, del diario El Nacional. Proponía que este clásico existe por la desaparición del Marítimo. Es probable, pero creo que lo es más porque Caracas FC creció de la mano de Valentiner, y se convirtió, y en eso si estoy de acuerdo con Avilán, en el referente del enfrentamiento de la capital con la provincia.
A diferencia de otros países, aún los cercanos, el futbol en Caracas era y aún es débil desde el punto de vista mediático y del número de seguidores. Notables eran las pobres asistencias a los partidos del Deportivo Italia, por ejemplo. El Marítimo primero y luego el Caracas FC comenzaron a llevar poco a poco gente a los estadios en miles.
Recuerdo una final Marítimo – Deportivo Táchira. No era una final formal. Era realmente una jornada final de torneo en que se enfrentaban los dos equipos con más rivalidad hasta el momento y en la que se dirimía la supremacía en ese torneo. El interés era tal que Venevisión, sin precedentes, decidió transmitir el juego desde el Olímpico en directo. La cortedad de visión de la Federación Venezolana de Futbol y la Liga impidieron la transmisión, perdiendo la mejor oportunidad para impulsar el futbol profesional en Venezuela. Este hecho «corrió» a Venevisión durante un tiempo.
El Caracas FC durante años, producto de un trabajo tesonero, creció de manera seria y consistente, hasta llegar a ser una institución con fundaciones fuertes y proyección nacional. Costó mucho en un ambiente hostil como es Caracas en el ámbito deportivo.
En Táchira pensábamos que al Caracas había que ganarle como fuera y así se hacía.
Lamentablemente ese espíritu no brilló este domingo 24 de noviembre de 2013, y nuestro aurinegro cayó por 1 a 0. Dicen algunos que el árbitro metió la mano. No me consta. Al final la estadística que prevalecerá es la de la derrota por ese único gol, y el alejamiento de la posibilidad de lograr el campeonato del Apertura 2013, ya que la victoria nos pondría a un sólo punto del Caracas.
Este miércoles 27/11 será el partido de ida de la Copa Venezuela. Táchira tendrá que reivindicarse.

Faltan 3 fechas para terminar el Apertura

Nuestro Deportivo Táchira ganó a Carabobo, hasta ese momento líder del Apertura, por 3 goles a 1. Tres golazos que ponen a Táchira a 4 puntos del primer lugar que detenta Caracas.
Lo malo es que apenas quedan 3 fechas, 9 puntos, pero hay oportunidad.
Creo que ha sido la campaña con mejor figuración de los últimos años.
Queda un partido con el Caracas, el 24 de noviembre, y ahí hay una posibilidad de descontar 3 puntos. Luego vendrá la Final de la Copa Venezuela contra el mismo Caracas FC. Será a ida y vuelta el 27 de noviembre en Pueblo Nuevo y el 5 de diciembre en el Olímpico de la UCV. Habrá que ligar que el Caracas patine para tener chance de ganar el torneo Apertura y luego rematar en la Copa Venezuela.

A la Final de la Copa Venezuela

Es una demostración de poder. Llegar a la Final de la Copa Venezuela es un gran logro y la posibilidad de acceso a un título.
Una final ideal, contral el Caracas FC. De ganar tendría doble satisfacción para los fanáticos. Vencer al máximo rival y acceder a un podio en el primer puesto, ese lugar que ha estado ausente durante tanto tiempo.
El triunfo frente al Zamora, de manera absoluta en esta semifinal, parece vislumbrar logros futuros. Es el alcance de un equipo que no es de media tabla, de medio pelo. Un 3 a 0 en el global sirve para mucho y envía un mensaje al resto de los competidores. Aquí ha vuelto el Táchira.
Fue mejor todavía derrotar al Zamora en su casa y por 2 a 0. Que no hubiera lugar a dudas.
Ahora la final.
Confieso que me sorprendió que se arribara tan rápido a este nivel. No le puse mucha atención al tema de la clasificación, tal que cuando vi ya Táchira estaba en cuartos, instancia que superó con solvencia y luego vino el Zamora.
Creo necesario que Táchira gane este torneo. De esa manera subirá un escalón por encima del resto, pondrá su nombre en la lista de favoritos y afianzará la campaña que hace en Liga. Será un respiro, una infusión de confianza para los miembros de la plantilla y para la afición.