Y de pronto, con una remontada espectacular, nuestro aurinegro tiene la posibilidad cierta de ser campeón del clausura. Una combinación de resultados ha permitido a nuestro Táchira llegar a esta última jornada a 2 puntos de la cima.
Es como lograr que las aguas vuelvan a su rumbo, que lo que se vislumbraba al principio del torneo se consolidara. Táchira lideraba hasta el estallido de las protestas y una maniobra extrafutbolística lo había descarrilado llevándolo hasta la templada zona del puesto 12.
Un torneo duro que nos puede devolver a la Libertadores, aunque no ganemos el campeonato porque el Zamora tendría que perder puntos y se ve difícil con la solidez que ha mostrado en estos meses.
Espero que hoy volvamos al menos a la gran Libertadores, que debe venir siempre a Pueblo Nuevo.
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Táchira se quedó con el clásico en el Templo | Fútbol Venezolano
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Momento significativo de nuestro carrusel aurinegro
Uno de los momentos más significativos en la mediana historia de nuestro carrusel aurinegro tuvo lugar en el año de 1989. Sería el preludio de las grandes presentaciones de la era Farías, sin tanta resonancia sin embargo, pero de marcado augurio y bastante alegría para los aficionados tachirenses.
Ese año fue probablemente el de la consolidación del entonces Unión Atlético Táchira como el club de Venezuela. El equipo grande que perfilaba como potencia en el universo futbolístico nacional. Cuando se hablaba de fútbol en Venezuela, se hablaba del Táchira. No había más. Eso trascendió las fronteras e hizo eco en el ámbito sudamericano. En esa época se definió claramente el derby venezolano moderno, el que enfrentaba a Táchira con Caracas, a la provincia con la capital, a los dos equipos poderosos por abolengo y por poder económico.
También fue esa década la de los grandes triunfos, la de la inexpugnabilidad de Pueblo Nuevo, donde los más encopetados mordían el polvo de manera contundente. Táchira los hacía añicos sin ningún tipo de piedad, acabando incluso literalmente con algunos construidos a realazos a la sombra del a FVF y del técnico seleccionador nacional, como el Nacional de Valencia. Las goleadas y los llenos del estadio se sucedían y hasta algún resumen fue mostrado en la televisión nacional como un evento extraordinario, gracias también a los oficios de Manolo Dávila como narrador de Venevisión. Deportivas Venevisión, un domingo en la mañana, se encargó de mostrar a toda Venezuela un estadio venezolano lleno a reventar, con ruido de petardos, la «ola humana» antes que en el beisbol (el supuesto deporte rey) y una goleada al Zamora por 5 a 2.
Nuestro Táchira se enfrentó en la Libertadores de ese año a los brasileños de Internacional de Porto Alegre y Bahía. El Internacional ya había pasado por San Cristóbal en la primera Copa Libertadores que jugó el Deportivo Táchira como campeón de Venezuela del año 1979. En 1980 acompañó al Vasco da Gama en el grupo que completó el Galicia.
Jugar contra un equipo de Brasil e intentar ganar. Era doctorarse en cuanto a futbol venezolano. La etapa a superar. Ganarle a los brasileños era y es demostrar que realmente se hace futbol y no una caimanera, que un club es serio y disciplinado, que se puede codear con las verdaderas potencias.
Ese año pasó: Una noche de 1989 el Táchira de Francovig, Méndez, Maldonado y Jaimes esperó al Internacional en Pueblo Nuevo y se plantó seriamente. Hiló fino, tocó y defendió con solvencia. Una gran parada de Francovig a un tiro libre a la base del palo derecho.
Pero la jugada de la noche la inició Laureano Jaimes quien interceptó un pase a la altura del mediocampo y avanzó hacia la portería norte. Entonces vino una pared con Carlitos Maldonado quien actuaba de media punta. La devolución fue perfecta para que Jaimes diera un derechazo con el empeine exterior desde el ángulo del área grande para cruzar al portero de Internacional al palo lejano. Un señor gol del cual tenemos, gracias al canal de Youtube de xpiojo el testimonio gráfico:
La Libertadores del 87 contra los chilenos
Desastre, desastre la Libertadores que jugó el Táchira contra los chilenos de Universidad Católica y Colo Colo, los tradicionales del austral país, que es como decir América y Nacional de Colombia o River y Boca de Argentina.Los tachirenses seguidores del carrousel aurinegrono lo veíamos así. Chile no era para nosotros una potencia. Además ningún equipo de la vertiente del pacífico había ganado nunca la Libertadores y aún tardaría en hacerlo. Una real sorpresa fue el club que rompió ese «maleficio» pero ese es un tema para otro día.
Táchira venía de una presentación más que decente en la Libertadores del 87 y nuevamente campeón, junto con su rival clásico, el Sport Marítimo de Venezuela, disputó la Libertadores con los mejores augurios y las más grandes esperanzas de nosotros, sus aficionados, que no veíamos a los chilenos tan fuertes como los argentinos del año anterior, cuando sólo 2 puntos nos separaron de la historia futbolística nacional y aurinegra.
Este sí sería el año, luego de las paupérrimas presentaciones del 80, 82, 83 y del 85. Grandes campañas nacionales que no repercutieron en siquiera aceptables apariciones en la Libertadores. Alguna victoria, algún empate foráneo y ya está. Derrotas hasta en los enfrentamientos con el equipo nacional acompañante.
El calendario era fácil de entender. La Libertadores en fase de grupos comenzaba en las fechas acordadas, que no necesariamente eran las mismas en todos los países y grupos, con el partido entre el campeón y el subcampeón de cada país en casa del campeón, así que Táchira recibió al Marítimo en el clásico nacional, domingo en Pueblo Nuevo. Una semana después vinieron los chilenos, primero la Católica y luego Colo Colo, cada uno a enfrentar a Táchira y Marítimo en 3 días. Táchira fue entonces a Caracas y luego viajó a Chile, en un esquema que buscaba la economía saliendo en un solo viaje de los dos equipos rivales en su país. Así era el formato y así se cumplía durante la década de los 80. Eran tiempos de poco patrocinio y una concepción un poco marginal de la Libertadores.
Pero nada, otra vez derrotas ante los chilenos que nos doblegaron en nuestro «templo sagrado», con todo y a pesar del apoyo de la afición. Al menos con Marítimo se empataron los 2 partidos, tanto en San Cristóbal como en Caracas. Nuestro Táchira terminó último de su grupo, destinado a esperar la próxima Libertadores contra Brasil.
El triunfo sobre Independiente en la Libertadores del 87
Era una tarde de un mediodía de domingo pasado por agua en San Cristóbal, hace 27 años. Aquella tarde no pudimos ir al estadio porque no estábamos en San Cristóbal, pero nos considerábamos afortunados porque esta Libertadores sí habría televisión. Venevisión transmitiría la Copa y nuestro Táchira junto al Estudiantes de Mérida, enfrentaba a los argentinos de Independiente, el Rey de Copas, y Rosario Central.
Domingo por la tarde en Mérida, futbol a las 4 pm, con amigos para ver a nuestro aurinegro.
El fútbol venezolano en esa época convocaba menos gente los partidos entre semana, horario poco comercial. La gente en San Cristóbal estaba más acostumbrada a ir en domingo y la Libertadores se jugaba, al menos en Venezuela, en domingo. Los equipos visitantes, tomando en cuenta también el difícil acceso a San Cristóbal y Mérida lo preferían así, sobre todo por el tema de San Cristóbal, que a pesar de ser la ciudad más importante del occidente venezolano, tiene unas vías de comunicación tanto terrestres como aéreas muy deficientes. Esto pasaba hace 30 años y en lugar de mejorar con el tiempo, el asunto ha empeorado.
La participación del Táchira hasta esa Copa del año 87 había sido poco afortunada. Últimos lugares en cada grupo clasificatorio, incluso por debajo de sus compañeros de fórmula tanto siendo campeón como subcampeón.
Ese partido de domingo por la tarde y Libertadores fue contra Independiente de Avellaneda. En el post anterior comenté lo del famoso gol de Francovig, el polaco, de puerta a puerta sobrando a Islas, quien era portero de Argentina.
Veíamos el partido en el apartamento que tenían nuestros amigos Joao y José, ambos también de San Cristóbal, en el Paseo de La Feria. Era una urbanización estudiantil, aunque concebida para clase media. Muchos de los inquilinos de los edificios de la zona, de 5 y 6 plantas, eran estudiantes, la mayoría provenientes de San Cristóbal.
El partido comenzó puntual y Táchira tocaiba como nunca antes lo habíamos visto. Un uniforme vistoso, marca adidas, marcaba lo que para latitudes más desarrolladas futbolísticamente era un detalle nimio. Que un equipo venezolano llevara una marca reconocida mundialmente, cuando acostumbrabamos ver marcas nacionales o simplemente desconocidas. Incluso algunos equipos podían vestir equipaciones de clubes europeos, como hizo el Zamora, que una vez vistió el uniforme que había sido del Udinese (coincidencia de colores y un presidente aficionado del club de Udine).
Táchira se hizo dueño del terreno y pronto amenazó. El primer gol llegaría al minuto 16 por medio del gran Carlitos Maldonado, y 2 minutos después la proeza de Francovig. Los gritos desde el apartamento creo que se oirían en todo el paseo, porque nos encargamos de hacerlos sonar en el balcón del mismo. No podíamos creer que Táchira se pusiera 2-0 en 17 minutos, y con dos golazos como esos. El gol de Maldonado fue una muestra de su inteligencia y manejo de su zurda. Una vaselina desde fuera del área a pase de Febles. El otro contratado para la contienda era el gran Franco Rizzi, quien luego dijo que nunca se había sentido tan apoyado como en esa oportunidad que jugó con Táchira.
Independiente remontó y ahí nos asentamos un poco, porque claro, era un equipo argentino, una potencia futbolística que hacía presagiar que las cosas volverían al causa habitual. Al descanso se fueron 2-2.
A la vuelta Táchira seguía tocando y tocando, manteniendo la esperanza en los 20 mil aficionados que estaban en Pueblo Nuevo, cuya capacidad en esa época era de 25 mil, aunque algunos decían que cabían 35 mil. Sin embargo, animaban como si fueran 50 mil. Ahora el estadio remodelado para la Copa América del 2007 puede acomodar 45000 personas bien sentadas, con una tribuna principal muy cómoda.
Una combinación de Táchira a la entrada del área grande dejó a Febles solo frente a Islas a quien batió por bajo. De ahí en adelante solo mirábamos alternadamente la pantalla y el reloj. Nunca un partido se me hizo tan eterno como ese. Miraba la tele y el reloj, el reloj y la tele. El tiempo se había ralentizado, Independiente atacaba, Táchira se defendía, minuto 43, otro ataque, minuto 43:30. El descuento más largo que he vivido.
Salimos a la calle luego de abrazarnos y saltar por todo el apartamento. Dispusimos hacer una caravana por toda Mérida. Al final eramos 3 carros, pero tocábamos corneta y en cada esquina nos bajamos a gritar: «Tächira, Táchira», con todo lo amarillo que encontramos, incluyendo dos impermeables que ondeábamos como si fueran banderas aurinegras.
Mucha gente nos aplaudía desde los balcones, como si hubiéramos sido nosotros los triunfadores o Táchira hubiera ganado la Libertadores. Fue apoteósico.
Táchira jugó el siguiente partido contra Rosario Central el siguiente miércoles. Empató a 0, pero en dos ocasiones al menos estuvo a punto de marcar. Ahí perdimos la oportunidad de clasificar, porque en Rosario nos marcaron luego de una falta no sancionada sobre William Méndez. Sin embargo ha sido una de las mejores apariciones de Táchira en Libertadores.
A 27 años del golazo de Francovig
Hace casi 27 años nuestro Deportivo Táchira jugó la Libertadores del 87 contra equipos argentinos. Fue un año memorable por varias razones. Como expliqué en otro post, en esa época los grupos de Libertadores se conformaban en concordancia con enfrentamientos entre países, y clasifcaban a esa copa el campeón y subcampeón de cada torneo nacional, llamárase como se llamase. Así, había 2 representantes de cada país y el campeón de la edición anterior de la Libertadores, que se sumaba en la fase siguiente.
Un día lluvioso de julio recibimos en Pueblo Nuevo a Independiente de Avellaneda, uno de los equipos más exitosos en la Copa Libertadores. William Méndez, Laureano Jaimes, Carlos Maldonado o Daniel Francovig eran los referentes principales del equipo, a los que se unió Pedro Febles, gran atacante contratado para esa Libertadores. Pedro fue miembro de las selecciones nacionales de manera indiscutible.
En la década de los 80 la televisión venezolana no era muy amiga del futbol nacional – tampoco era enemiga -, pero es una forma de decir que no le hacían nada de caso. Prácticamente no existía a pesar de los tímidos intentos de acercamiento para transmitir sobre todo encuentros internacionales. Según entendíamos los pocos que seguíamos nuestro futbol que para resumir eramos los andinos, la televisión transmitía por la obligación de «levantar la señal» (eufemismo para «poner las cámaras en un estadio para que el partido pudiera verse allá donde realmente interesaba: el resto de Sudamérica»), llegando incluso a oportunidades en que el partido ni siquiera se vería en territorio nacional.
Afortunadamente ese año del 87 tanto Táchira como Marítimo habían despertado bastante interés y movían mucha gente, tanta como el beisbol, de tal modo que Venevisión contrató al narrador de radio de moda, Manolo Dávila y lo puso a transmitir esos partidos internacionales. Manolo por cierto hizo una fugaz presentación en Radio Caracas Televisión unos años antes, alguna vez que RCTV transmitió un partido de Argentina contra Polonia o algún otro en Buenos Aires. Ese partido fue en diferido, ¡cómo no!, como a las 11:30 de la noche.
El partido de ese «fangoso» terreno en Libertadores y contra independiente, fue aquel en el que el comentario menos afortunado y más recordado de Felo Jimenez, «animado» (modo irónico ON) comentarista de Venevisión fue «vamos a ver cuál de los dos equipos es más fanguero». Realmente el terreno estaba deteriorado por la lluvia, pero viendo el video que inserto, Táchira jugaba bastante bien y ese día combinaron como nunca.
Este es el partido del famoso gol de Francovig, «el polaco». Daniel sacó desde su área en un despeje largo que rebotó en una zona presumiblemente dura del terreno delante del área grande de Islas y sobró tanto al central de Independiente como al propio Islas.
Táchira ganó 3 – 2, con goles de Maldonado, Febles y Francovig. Aquí dejo el video, que tiene su calidad regular pero es el mejorcito que he encontrado en youtube.
En las zonas templadas
El Deportivo Táchira ha vuelto a caer a las zonas templadas de la tabla de posiciones a falta de 7 jornadas para terminar el Clausura de este año. En esta ocasión sin embargo, han jugado un papel preponderante eventos extra-futbolísticos, políticos y sociales, de los cuales el Táchira no podía escapar. En San Cristóbal estuvo el germen de la protesta ciudadana contra el régimen que malgobierna Venezuela y nuestro Deportivo fue fiel a su región.
Una falta a una promesa, a un compromiso de honor hizo que se perdiera un juego por forfait y otra derrota de visitante nos ha puesto a 10 puntos del líder. Afortunadamente uno de los 7 juegos que quedan es contra Trujillanos, que comanda la Tabla de Posiciones, así que en ese momento se podrá aminorar la ventaja que nos llevan.
Es lamentable llegar a estas etapas del torneo y tener tan poca oportunidad de triunfar. El poco peso del Deportivo Táchira en el futbol nacional es evidente y paradójicamente aplastante, tanto en lo deportivo como en lo político. Esto último no tendría importancia si se sacara provecho a una organización disciplinada y constante que permitiera un continuo flujo de cantera hacia las divisiones profesionales.
Aunque ahora exista un surgimiento de la atención al torneo en otros estados, en otras ciudades, San Cristóbal y el Estado Táchira siguen teniendo la ventaja que da el añejamiento en barricas del mejor roble, la influencia colombiana y las fuertes raíces en los fértiles suelos de la práctica constante y extendida del futbol.
Posiblemente el aislamiento al que están sometidos San Cristóbal y el resto del estado no permita el desarrollo del equipo profesional más allá de lo que tenemos. Es una manifestación más de los obstáculos al desarrollo de la región, puestos por el centralismo y la falta de políticas socioeconómicas correctas.
Como la educación, la ciencia o la cultura, el deporte también está aislado y con una bota encima que les impide desarrollarse y aflorar.
Creo que es la propia justificación de la protesta y la falta de resignación de los tachirenses, que han llegado a este estado de desesperación que es visible ahora internacionalmente.
Mi Táchira del alma
Luego de más de un mes de protestas en Venezuela, mismas que han afectado la vida pública de manera desigual en todo ese país, pero que por otra parte han dado por fin visibilidad pública a una situación anormal que vive toda esa república del norte de América del sur desde mucho tiempo antes, es evidente que hay regiones notablemente afectadas y activas y otras que han permanecido en pasividad o han sido menos contundentes.
Es un patrón similar a la apreciación colectiva que tiene cada región en la vida nacional y a la visión centralista venezolana tradicional, visión que no es sólo caraqueña como podría esperarse, sino que también es nacional, el clima de práctica guerra que vive el Táchira no es el mismo, ni se siente igual en el resto de Venezuela. Por supuesto esto ha jugado a favor del gobierno, en tanto el esfuerzo de una región persistentemente aislada política y económicamente no ha podido contagiarse al resto.
Es loable el empuje y la determinación de los tachirenses. Al contrario del pensamiento prevalente, los tachirenses no se sienten menos venezolanos. No se sienten colombianos. En oposición, sus planteamientos son francamente nacionalistas y patrióticos. Tal como afirma Humberto Márquez, es probable que el grado de preparación, educación y formación hacen que exista una sólida base política en la protesta tachirense. Pero también hay una notable conciencia de país, de hacer un buen país. Por eso no aceptamos que Venezuela, de la que formamos parte y a la que hemos servido lealmente, se desbarranque a velocidad exponencial en manos de ineptos y criminales.
También es posible que los años de aislamiento, de discriminación geográfica, demográfica y económica a que se ha sometido la región occidental andina de Venezuela de nuevo despierten el ansia por justicia y democracia, igualdad y cooperación, como ocurrió al final del siglo XIX, y que provocó en esos años la marcha hacia Caracas y la toma del poder en la capital del país. Está claro que recibir un tratamiento desigual por parte del gobierno central, sometiendo a la población del estado a procesos ignominiosos y vejatorios, provoque mayor ira, más animadversión, y más tenacidad en la reclamación.
Este blog habitualmente trata del Deportivo Táchira, y se llama «Mi Tächira del alma», porque así cantaba los goles Manolo Dávila por Radio Táchira, pero en este momento «Mi Táchira del Alma» es más que el sentimiento por un equipo de fútbol. Abarca el sentimiento por una región digna, trabajadora, luchadora, progresista, preparada y capaz de salir adelante, incluso sola si es necesario. Gente buena pero orgullosa, pueblo decente y educado, ciudadanos verdaderos y respetuosos.
No es momento para detractores ni divisiones. La alternativa a lo que se está haciendo ahora ha demostrado su inutilidad porque la lógica del régimen actual no responde al mismo proceso de decisión ni sigue los mismos caminos que la lógica democrática.
Ahora más que nunca es necesaria la suma de esfuerzos e intelectos, y la participación de todas las regiones del país, en un ejercicio de justicia, decencia y democracia verdadera.
La razón de los gochos
Porqué los gochos en El Nacional
El Forfeit ante El Vigía
EL Deportivo Táchira no viajó a El Vigía en la jornada más reciente del futbol nacional. A pesar de la situación política que afecta a Venezuela estos días, y en especial al Estado Táchira, la liga decidió mantener la jornada y jugarla, irrespetando la posición social del Deportivo Táchira, la dificultad para viajar y para movilizarse por la ciudad, lo que ha afectado entrenamientos y preparación.
Tächira dio forfeit. Lo dio con conocimiento y desde aquí espero que también haya primado la valentía para tomar una decisión perjudicial para sus intereses pero cónsona con principios morales y éticos. Mal hecho por parte de El Vigia FC, que luego de comprometerse a no jugar, termino presentándose. Karim Asafo sospecha de hubo «presiones» de parte de la FVF y la Liga. La presidente del equipo se reuniría este 25/2/14 con el resto de presidentes de equipos para discutir las circunstancias que están afectando particularmente al Táchira.
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