Empate en Barranquilla

De una a 3 de la mañana, hora de Europa, pasamos ratos tensos y difíciles, viendo el empate de Colombia y Venezuela en Barranquilla por la eliminatoria para el mundial del 2014 en Brasil. Colombia no le gana en Barranquilla a Venezuela desde 1997, y así seguirá siendo hasta la próxima eliminatoria o antes, si juegan algún amistoso.
Lo cierto es que Colombia dominó, las líneas de la vinotinto estuvieron muy separadas, pero los últimos 15 minutos fueron de Venezuela. Los mismos comentaristas de CaracolTV afirmaron y reconocieron que Venezuela estaba mejor.
Es cierto que ambos tenían que haber terminado con diez, pero a Venezuela la salvaría que el árbitro no vió a Miku pisar a Yepes, pero sí vió de frente la entrada asesina de Perea, al que solo le sacó amarilla.
No estuve de acuerdo con sacar a Miku antes que a Moreno. Es mas, creo que Moreno debería ser suplente. Rondón tiene que estar desde el inicio. Eso no es discutible. Lo otro es que Amorebieta le da mayor fortaleza y propiedad a la defensa. Muy bien.
Ahora Venezuela tiene 4 puntos y espero que le gane a Bolivia en San Cristóbal para firmar el mejor inicio de la eliminatoria.
Me sigue pesando que Farías sacara un equipo alterno contra Ecuador. ¿Dónde estaría ahora la Vinotinto? Es imposible decirlo pero probablemente más arriba en la tabla.

El gran Cafuringa

Por allá a principios de los 80 el Deportivo Táchira tenia lo que se conocía como un puntero izquierdo. El clásico delantero puntero de raya, que corría por la banda y llegaba a la línea de fondo para sacar un centro y que gente como Campos (Wilfrido) cabeceara o la metiera sin más.
Era un tipo de mediana estatura, de tren inferior corto y por tanto con un centro de gravedad bajo, que le permitía regates endiablados en la banda a gran velocidad.
La leyenda decía que estuvo seleccionado con Brasil en algún momento en los 70’s. Incluso que era suplente del gran Jairzinho. En esa época era suficiente con que nos dijeran que era el y segundo en la sucesión del puesto, o sea, el segundo suplente de la selección brasileña. No sabíamos si era la del 70 o la del 74. Lo cierto es que estaba en el Táchira y eso bastaba.
Era el gran Moacir Fernandes «Cafuringa«. El origen del apodo lo desconozco, o no lo recuerdo, pero qué divertido y emocionante era verlo un domingo en la tarde haciendo desastres en las defensas contrarias del Zamora, o del Galicia, corriendo por la banda, pisando la pelota para dejarla detenida y el seguir corriendo con los dos marcadores para luego volver a por ella dejando a los defensas confundidos.
Las entrevistas en la radio eran otro punto que formaba parte del gran espectáculo que era «Cafuringa». Todos estábamos seguros de que no hablaba nada de español. Hablaba un galimatías que suponemos era portugués de Brasil, y lo hacia tan rápido como corría en la cancha. Yo creo que lo entrevistaban a propósito para que hablara rápido, no entenderle nada y el periodista pretender que traducía las declaraciones.
Seguiremos recordando esas jornadas que tanto nos gustaban en la época en que no había gochigans, ni avalanchas, ni popular norte.
Cafuringa se retiró con el Deportivo Táchira y jugó la Copa del Mundo Pelé 1990, y murió en 1991 en Jacarepaguá, Brasil.

Hoy nueva jornada del Apertura

Me gustaría ver algún día a mi Táchira del alma jugando un Mundial de Clubes, contra el Barça, o el Milán, el América de México, etc. Que su categoría creciera y no sólo llegara a estar entre los mejores 100 del mundo, como pasaba hace 10 o 15 años, sino que avanzara y llegara al tope de los 10 mejores, ganando una Libertadores, o al menos llegando a una final.

Lo han hecho equipos como el Barcelona de Guayaquil, o el Once Caldas. Recuerdo que este último por ejemplo, jugó una primera fase poco brillante contra el Unión Atlético Maracaibo, al que le ganó por 2 errores tontos, triunfo que no mereció. Incluso el Maracaibo en esa Libertadores jugó grandes partidos contra Velez Sarsfield. Sin embargo, el Once Caldas, equipo de mitad de tabla en Colombia, llegó a la final y la ganó.
Táchira puede hacer lo mismo, si se invierte y se administra de manera coherente y positiva. Es un sueño, pero qué gran sueño. Sabemos que ahora está en las profundidades de la tabla del Apertura, pero qué aficionado aurinegro no ha soñado con esta posibilidad.
Les invito a visitar las páginas del sitio, donde encontrarán información sobre la clasificación del torneo, la jornada, la Liga Española y la equipación de nuestro Táchira.
También puedes dejar comentarios que con gusto responderé, en el interés de conversar sobre nuestro equipo, como si de una tertulia se tratara.

Radamel Falcao y su padre con el uniforme del Táchira

El padre de Radamel Falcao García, quien deslumbra con el Atlético de Madrid, jugó en los 80 – 90 en Venezuela. Fue defensa central de nuestro Táchira del alma y jugó aquella Libertadores contra Flamengo. Eso fue en el 91, y Táchira, que tenía el nombre de Unión Atlético Táchira por la fusión con el Atlético San Cristóbal, clasificó como tercero del grupo que completaban América de Cali, Nacional de Medellín y Marítimo de Venezuela. En este enlace podrán ver la foto de Radamel García, el padre de Radamel Falcao y Radamel Falcao, ambos vestidos con el uniforme del Deportivo Táchira en la grama de Pueblo Nuevo: monagas | SinUniforme.com

Arnoldo, el goajiro más caro

La foto era épica. Primera página de La Nación, cuerpo B. La Nación, la de San Cristóbal – la de Buenos Aires probablemente no tendría siquiera idea de su existencia -, media pagina en color. El jugador en pleno quiebre a la izquierda dentro del área, ¿vestido de amarillo y negro? O todavía con los colores del Deportes Tolima, camiseta blanca con franjas negrirojas en el área pectoral. Giro a la izquierda, mirada incisiva, dirigida a su destino, la pierna derecha extendida en apoyo y la izquierda doblada en actitud de avance. Dos rivales al marcaje, asistían burlados a la finta. Solo atinaban a ver como pasaría el delantero.
El fichaje más caro, hasta entonces, del fútbol venezolano. La cifra «astronómica» de 250 mil dólares. Una millonada para esa época, pero cómo se vivió. Fue un imán para la afición. Después la historia no fue tan épica como la contratación. El Táchira era la potencia futbolística de Venezuela, atractiva y poderosa. Fue la semilla de la década de oro. No se ganó mucho ese año, y el Aurinegro ganó menos de lo que perdió.
Iguarán haría grandes partidos más tarde en Colombia y con su selección, pero cómo nos hizo soñar. Cómo nos inició en la ensoñación y en la esperanza del ascenso en el ranking mundial. Pensábamos, con razón, que seríamos diferentes al resto. Por fin una negociación seria para tener un tipo de nivel internacional. No era el extranjero o «importado» típico de segunda o tercera división de Argentina o Paraguay, o Colombia. Tampoco ese que venía ya en retirada, o el famoso, por lo llamativo, «tronco» que venía a partir tibias o pinchar con alfileres en el medio del área. A enseñar lo que no se debía y a dar «patadones» para despejar cualquier cosa. Veníamos de una década en la que la selección vinotinto era extranjera y lo mejorcito había sido Luis Mendoza «mendocita» – algún día hablaré de esa costumbre de sobrenombrar a nuestros futbolistas con diminutivos poco imaginativos y casi peyorativos -, y Jairzinho durante el pentacampeonato del Portuguesa.
Vendría luego el enfrentamiento con el Atlético San Cristóbal y el efervescer de la radio y la prensa en San Cristóbal. De eso hablaremos más tarde.

Farías: “Mourinho tiene vista a Venezuela” | lavinotinto.com

Entrevista en LaVinotinto.com a César Farías, quien está de gira por Europa. Ya Julio Maldonado (maldini de canal+ y cadena Ser) había mencionado en su programa, Fiebre Maldini, que Farías estaba en España e intentaría invitarlo o hacer alguna entrevista para su programa de TV.

Farías: “Mourinho tiene vista a Venezuela” | lavinotinto.com

Del Polideportivo al Templo

En 1979, Venezuela jugó la Copa América contra Chile y Colombia. Eran tiempos extraños, pues el fútbol profesional venezolano era casi clandestino, como lo seguiría siendo bien entrados los años 80, aun con las tímidas incursiones de Venezolana de Televisión, cuando aún no era un canal estatal y no lo que es ahora.
Recientemente se había terminado el Polideportivo de Pueblo Nuevo y el Deportivo Táchira lograba ese mismo año su primer título nacional.
Por supuesto, el fútbol era efervescencia pura en nuestra región con ese logro, luego de 5 años de tránsito en la primera división de Venezuela, y nuestros héroes eran Ferrari, Griego, y compañía. No era fácil para un niño de 12 años irse solo al estadio, pero tampoco se le ocurría a ese muchacho decirle a sus padres que lo llevaran o lo acompañaran, así que la radio fue su refugio, haciendo volar la imaginación oyendo cómo Venezuela, en noches de miércoles, lograba empatar con Colombia a 0 y con Chile a 1. En la vuelta en Bogotá y Santiago caeríamos goleados, como siempre, como era siempre nuestro destino.
La copa se jugaba en grupos de 3, sólo sudamericanos, y el campeón de la edición anterior entraba a competir cuando terminaba esta primera fase y ya estarían clasificados los primeros de cada grupo. Idealizaba la posibilidad de que la vinotinto, que todavía no la llamábamos así, hubiera jugado a un gran nivel, sabiendo que nuestro fútbol, en la práctica semiprofesional, no daba sino para «garra», pundonor o, lo que es lo mismo, patadones de despeje y a las piernas que se atravesaran. De ahí a que René Torres, por ejemplo, le fracturara la tibia a Fernando Morena pasaron unos años, pero era el mismo estilo, para llamarlo de algún modo, de nuestra selección.
Era verdadero amor el que sentíamos por la selección, cuando nadie más en todo el país tenía idea de que la Copa América se estaba jugando, o de que existiera siquiera ese torneo, aún cuando una de sus finales se había jugado en el Estadio Olímpico, justo en 1975 entre Colombia y Perú. El fútbol en Venezuela era cosa de románticos, de italianos, españoles y portugueses o de ecuatorianos y colombianos entre los cuales nos metían a los gochos (tachirenses): «A esos les gusta el fútbol porque son casi colombianos, o porque viven al lado de Colombia». Porque para el resto de Venezuela el fútbol era algo que sólo se jugaba cada 4 años, por Brasil, Italia, Alemania y «el resto del mundo», y por su puesto, no existíamos.
Igual sí supe que esa Copa América la ganó Paraguay. Igual ese gran año nuestro Deportivo Táchira se hizo campeón de Venezuela por primera vez. El Polideportivo de Pueblo Nuevo existía y eso era suficiente para dormir tranquilo y soñar.