La Venezuela de Farías enfrenta la prueba límite

Estamos en vísperas de la última fecha de la Eliminatoria para Brasil 2014, al menos en lo que concierne a Venezuela. La ausencia de Brasil hace que siempre haya un equipo ausente en los emparejamientos de cada jornada, lo que obliga a la vinotinto a dejar de jugar la 9ª y la 18ª jornada. Así que la 17ª marca el final del camino, al menos para efectos de Pre-mundial.
Suena pesimista, pero a pesar de mostrar mayor estabilidad, solidez futbolística, más volumen de juego, mejor posición como selección, mayor fortaleza como grupo, menos oscilaciones en el nivel, y aparente superioridad ante los rivales directos, la perspectiva de la selección para el 2014 está a la altura de milagro.
No esperaba que llegáramos arañando puntos ni haciendo carambolas numéricas a esta fecha. Menos partidos y una mejor posición inicial, cuando incluso llegamos a ser líderes, hacían pensar en un futuro prometedor, carioca y verde-amarelho.
Seguramente errores ha habido, planteamientos equivocados y puntos perdidos que ahora lloramos. Unos consecuencia de los otros. Falta de creencia en la capacidad de logro, falta de fe y de confianza. Momentos de dominio de partidos entregados, menos que antes, en fugaces distracciones.
También ha habido menos decisiones arbitrales frustrantes. Es posible que alguien me recuerde más, pero ahora mismo la del partido contra Chile y la anulación del gol que se inventó el árbitro es la que rememoro. Aquellos episodios escandalosos de faltas, regalos de goles a equipos superiores, entre otras cosas no las he visto en esta eliminatoria como en las anteriores.
Creo que es una de las consecuencias que tiene el crecimiento. No se mira a Venezuela como invitada de piedra ni como «tres-puntos-seguros» tanto de local como de visitante. Más exposición mediática, mayor madurez de los futbolistas y de la dirigencia, mayor preparación física y menos rendición o sumisión ante los poderosos.
Es posible que si Brasil hubiera estado los 6 puntos no contarían en nuestra columna de puntos, o puede que sí. Esta selección bien mentalizada puede sacarle puntos a cualquiera si se lo propone. El punto es ese, que se lo proponga, desde Farías hasta el utilero.
Quizás se dé el llamado «milagro». Los que irán a Brasil y a la repesca serán los que se ganen ese derecho, porque será el resultado del trabajo de cada uno durante 2 años de eliminatorias. No nos jugamos todo en la última fecha. Los puntos había que ganarlos jornada a jornada, como lo han hecho Colombia y Argentina, que están pensando ya en qué camiseta usarán en Brasil y pueden descartar a algunas de sus estrellas para estos dos últimos partidos.
Es casi imposible que ocurra la combinación de resultados que esperamos, pero no por eso dejo de desearlo y de admirar a esta selección.

¡Suerte!

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