Ha comenzado un nuevo torneo del futbol venezolano, el Clausura 2013, lo que correspondería a la segunda vuelta en el calendario europeo. Ya se sabe que Brasil sigue otro tipo de calendario y ha habido múltiples cambios tanto en los períodos de competición como en la modalidad de campeonato o liga en los distintos países que conforman la Conmebol. Eso hace que mientras en Europa se conocen claramente los representantes a las diferentes copas continentales, en América del Sur, a la hora de hacer los sorteos de las dos copas (Libertadores y Sudamericana) muchas plazas sean ocupadas por letras y números, correspondientes a los hipotéticos representantes de cada país. Además el número de representantes de cada país es variable, de acuerdo al peso futbolístico y económico, y al atractivo de cada equipo de acuerdo a su historia, publicidad, peso económico y potencia. Es así como River, Boca o algún otro brasileño entran directo a la Copa Sudamericana aunque no ocupen puestos de arriba en sus respectivas tablas de posiciones de torneo.
Es un tema que termina produciendo confusión. No solo eso, sino que por ejemplo a veces tenemos campeones o subcampeones de Venezuela o Colombia o Argentina, que no participan en el torneo continental de ese año ni del siguiente. A veces hasta olvidamos cuál es el equipo que le corresponde participar en determinado torneo anual, o incluso algún equipo que clasifica termina participando cuando está en segunda división, porque por circunstancias desciende al año siguiente.
Peor es el tema de Argentina y su esquema de descenso a segunda, basado en un complicado sistema de coeficientes de los últimos torneos. Es un esquema creado probablemente para proteger precisamente a esos equipos grandes como Boca, River, Vélez, etc. No obstante a pesar de ese sistema, River descendió hace 2 años, provocando un cataclismo en el futbol argentino, especialmente entre su numerosísima afición.
Estos esquemas son un poco caóticos pero así va el futbol sudamericano. Denota falta de organización, cuyos vestigios probablemente se mantienen por influencia de la TV argentina, especialmente esa poderosa productora de eventos deportivos llamada Torneos y Competencias.
Táchira empezó bien este torneo y parece que Giancarlo Maldonado ha inaugurado el marcador, como corresponde a un tipo de su nivel. Pero lo vi un poco barrigón, lo cual no fue óbice para que ganara en velocidad al lateral del Deportivo La Guaira. Ahí es donde crece la duda acerca del nivel futbolístico real de Venezuela, como también hace dudar, y mucho, el estado de ese potrero que llaman Brígido Iriarte. Un cesped que hasta en el video del resumen de DirecTV se vea malo, irregular y saltanejo.
Otra cosa más es ver que La Guaira juega en Caracas, como lo hace el equipo de Beisbol que «representa» la misma ciudad. Son los defectos del deporte venezolano, que no termina de profesionalizarse de verdad.