Protocolos para todo y para nada

En este tornado autoalimentado que experimenta España esta semana por razón de la aparición del primer caso de Ébola, uno de los puntos álgidos es el cuestionamiento de la existencia, el cumplimiento y el diseño de protocolos. Los protocolos son pautas uni o multidimensionales que se diseñan con el fin de normar, estandarizar o dirigir la acción ante una o varias eventualidades. Es la manera de asegurar y homogeneizar la actuación para procurar el cumplimiento de objetivos. Los objetivos pueden ser los resultados a obtener con las medidas adoptadas, el cumplimiento del proceso, y entre otros, la protección de los agentes (individuos) obligados a cumplirlo.

Si bien los protocolos deben ser diseñados en concordancia con las circunstancias posibles y probables, e incluso el protocolo puede tener alcances de mayor envergadura que las realmente necesarias, en ocasiones son insuficientes por motivos diversos. Desconocimiento total del fenómeno a enfrentar, falta de preparación de los diseñadores del protocolo o falta de información. Hay protocolos dirigidos a cubrir sólo mínimos indispensables, como también hay aquellos que cubren toda posibilidad aunque esta sea escasamente probable.

El conocimiento de los protocolos

En una organización es necesario que su directiva o gerencia procure la implementación de protocolos, y el sistema sanitario es claramente una organización jerárquica de amplio alcance tanto territorial como de fuerza laboral. También es obligatorio que la organización asegure el conocimiento de los protocolos que tiene, lo cual es particularmente importante en la atención sanitaria. En todo caso los protocolos se diseñan para cumplirlos. Son directrices para estandarizar, normalizar y homogeneizar, para asegurar resultados, y deberían ser lo suficientemente claros y específicos como para evitar los errores. No obstante, esta última condición es la más complicada de llenar, porque la aplicación de la mayoría de los protocolos sanitarios es a través de o por humanos.

El diseño y aplicación de protocolos sanitarios es la base y a la vez el resultado de la doctrina llamada medicina basada en evidencia. La aplicación de los conocimientos médicos probados en investigaciones de alta calidad científica al tratamiento de problemas sanitarios individuales o colectivos. Está en la raíz de los programas de salud pública, así como en el control de enfermedades.

Son los que tienen que cumplir los protocolos quienes están en riesgo de romperlos, de manera voluntaria o por accidente, error, inobservancia o negligencia.