El éxito ante un problema de salud severo y potencialmente letal es resultado de diversos componentes que conviene tener en cuenta para evitar el optimismo exagerado y el menosprecio del propio suceso, así como la subestimación de los factores precipitantes y directamente causales.
La disponibilidad de recursos tanto materiales como humanos es determinante en el alcance de logros. No es una condición suficiente pero sí necesaria para progresar en el proceso laborioso de llegar paso a paso a los objetivos que conforman el estado de curación o estabilización de una entidad nosológica.
Respuesta del sistema
La capacidad de respuesta en situaciones críticas facilitada por la constante preparación e investigación tanto básica como aplicada, así como la trasferencia de conocimientos y el acceso, si no inmediato al menos próximo, a fuentes de información de primer nivel suficientemente contrastadas y probadas, determina en muchas ocasiones la posibilidad de un resultado favorable. Equivale a un plus en recursos y medios.
Vigilancia ciudadana
La vigilancia ciudadana como parte de un sistema de libertades y consecuencia de la condición democrática, aunque en ocasiones implique errores de percepción o problemas de comprensión por lógica falta de información mantiene a las autoridades políticas pendientes de evitar errores y proporcionar las mejores opciones a los usuarios de los sistemas públicos e incluso privados.
La constante vigilancia ciudadana sirve de censora y evaluadora de la función pública. Es evidente la cualidad democrática que permite la exposición política a la supervisión canalizada a través del periodismo serio.
La severidad y complejidad de la enfermedad
El caso de la enfermedad por virus de Ébola en España es paradigmático como ejemplo de la aplicación de los recursos tecnológicos, farmacéuticos o médicos en el abordaje de una condición médica compleja y complicada, difícilmente disponibles en muchas partes del mundo. Es evidentemente un cuadro de sepsis severa y shock séptico hemorrágico con falla multiorgánica producida por un agente viral para el que sin embargo no hay terapia específica lo que dificulta a una magnitud enorme e inapreciable su manejo. La falla multiorgánica constituye uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta el equipo de atención médica por su alta mortalidad y graves secuelas, además de la ya mencionada ausencia de tratamiento específico. Ha sido necesario aplicar medidas de aislamiento y protección por alto riesgo biológico, el uso de instalaciones físicas especialmente preparadas – aunque en desuso por previa política sanitaria -, y agentes farmacéuticos experimentales e inmunológicos que requieren elementos tecnológicos y biomédicos para su obtención y disposición, así como personal altamente calificado para su aplicación. Además, por si fuera poco, todo esto no basta y hay que contar con la suficiencia del sistema inmune del paciente.
Debería mencionar finalmente que para afrontar un problema de este tipo se requiere garantizar la calidad de la formación profesional y la existencia de protocolos, así como la capacidad para diseñarlos con responsabilidad. Eso implica una permanente actitud de aprendizaje, estudio e interés en la misma formación, actualización de conocimientos y responsabilidad profesional e institucional.
De todas estas cosas se tiene poca conciencia o conocimiento lo que permite la crítica fácil y ligera. Merece reconocimiento justo sin exageración el ostentar un sistema sanitario capaz de solventar grandes desafíos. Sin embargo, haber enfrentado 3 momentos críticos de más de 9000 que hay en el mundo del Ébola, no convierte en la máxima autoridad a quien lo hace. Es necesaria la suficiente modestia para autoevaluar el proceso, reconocer errores y mejorarlo. Sin duda lidiar y finalizar con éxito confiere conocimientos y experiencia, pero hay que evitar la soberbia.
De todos modos sólo hay que tener amplitud para entender que los recursos son fundamentales y que no todos los sistemas sanitarios del mundo cuentan con ellos.